El lago de Maracaibo, ubicado en Venezuela, es uno de los más grandes de América del Sur y uno de los más antiguos del mundo. Su extensión de 13 mil kilómetros cuadrados, unas 5 mil millas cuadradas, está siendo perjudicada, o como lo explicó el Observatorio de la Tierra de la NASA, asfixiada con mareas negras y algas.
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La contaminación por fugas de aceites y petróleo crudo, además del exceso de nutrientes, son las principales razones por las que este icónico lago, que en su momento llegó a ser una fuente de gran abundancia de pescado y combustibles fósiles, está en inminente peligro.
En imágenes de satélite adquiridas por Joshua Stevens del Observatorio de la Tierra de la NASA, utilizando el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS por sus siglas en inglés) en el satélite Aqua de la NASA el 25 de septiembre, el lago de Maracaibo se ve con tonos de verde y gris que trazaban el flujo de corrientes y remolinos. Las fuentes de esos colores fueron las algas, las salidas de sedimentos de los ríos y las fugas de petróleo crudo.
El Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8, por su parte, capturó la próxima imagen el 10 de septiembre.
Aunque se llenó de agua dulce hace miles de años, el lago de Maracaibo es ahora un lago estuarino, conectado con el Golfo de Venezuela y el Mar Caribe por un estrecho que permite que tenga agua salada y dulce. Ese estrecho se expandió significativamente de 1930 a 1960 tras el tráfico de los barcos. Ahora, el extremo norte es salobre, mientras que el extremo sur es mayormente fresco gracias a los abundantes caudales de los ríos cercanos.
El petróleo, la riqueza que también es el principal problema
Una de las reservas de petróleo y gas más grandes del mundo se encuentra debajo del lago Maracaibo. Se han perforado miles de pozos en el lago desde la Primera Guerra Mundial, primero por compañías extranjeras y luego por la compañía petrolera estatal de Venezuela. Aproximadamente dos tercios del petróleo producido por el país proviene de esta región, según los datos recopilados por la NASA.
Pero el combustible que una vez hizo prosperar a Maracaibo y a Venezuela ahora está poniendo en peligro la vida silvestre, la calidad del agua y la salud humana. Según muchas noticias e informes científicos, la infraestructura de extracción y distribución de petróleo de la región está en muy mal estado. Las manchas han sido una ocurrencia regular en el lago durante muchos años, y el petróleo crudo a menudo llega a las orillas.
Eduardo Klein-Salas. científico de teledetección de la Universidad Simón Bolívar, explicó: “Los derrames de petróleo son múltiples y continuos, y se pueden detectar fácilmente las fuentes. El lago de Maracaibo tiene más de 10.000 instalaciones petroleras y una red de miles de kilómetros de ductos submarinos, la mayoría de ellos con 50 años de antigüedad”.
Entre 2010 y 2016 se produjeron entre 40.000 y 50.000 fugas y derrames de petróleo en Venezuela, incluido el lago de Maracaibo, debido a que las miles de torres de perforación de petróleo y los oleoductos están en deterioro, según informes de agencias de noticias, grupos ambientalistas y defensores de los derechos humanos.
Incluso, los pescadores locales a menudo, al sacar sus redes del agua, las retiran bañadas con el crudo.
“El petróleo se está derramando de muchos oleoductos sumergidos envejecidos que no se mantienen, en su mayoría ni siquiera están mapeados. Otras manchas de petróleo provienen de fugas de tanques y recipientes de almacenamiento sobre la superficie, y otras más de plataformas de perforación”, dijo Frank Muller-Karger, un científico marino de la Universidad del Sur de Florida que ha estudiado el lago con datos MODIS.
Preocupación por la vegetación
Las floraciones de algas en el extremo sur del lago es otro síntoma que genera preocupación.
A principios de la primera década de los 2000, el lago de Maracaibo fue el escenario de varias vastas flores de lemna oscura, más comúnmente llamada lenteja de agua. Aunque la lenteja de agua no es tóxica, puede obstruir las tomas de agua y los motores de los barcos, y aún más alarmante, también puede desplazar o asfixiar a otras especies marinas.
En las condiciones adecuadas, las plantas marinas duplican su tamaño en solo un día. En 2004, las lluvias extremas refrescaron y mezclaron el lago Maracaibo, y el exceso de nutrientes del fondo del lago y de las tierras de cultivo cercanas y los sistemas de alcantarillado desencadenaron una floración masiva que duró ocho meses.
Sobrecargado de nutrientes y con la lemna emergiendo ocasionalmente en zonas más reducidas, gran parte del verde del lago ahora proviene de abundantes algas verdes como Scenedesmus y Chlorella.
Con preocupación, Muller-Karger admitió que “los datos satelitales de la NASA sobre ambos problemas (lenteja de agua y petróleo) circularon ampliamente en Venezuela hace una década y todavía lo están”.
“Los problemas ecológicos con los derrames de petróleo son acumulativos y afectan a muchos pescadores locales, no solo en el lago de Maracaibo sino en muchos lugares de la costa venezolana desde el lago de Maracaibo hasta el golfo de Paria. Sin embargo, el gobierno no hace ningún esfuerzo por cambiar las cosas; más bien, los derrames de petróleo han empeorado con el tiempo”, concluyó el científico.