La energía oscura no es una idea que venga de la ciencia ficción, ni de una historia de magia y hechizos, es un concepto real de la física. Pero junto con la materia oscura, tienen ese halo de misterio, que no solo viene de su nombre, sino del hecho de que sabemos muy poco de ellas.
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La materia “común y corriente” es toda la que nos rodea: el celular en el que están leyendo esto, el café que tomaron esta mañana y cada uno de nosotros estamos hechos de materia.
Toda esa materia “no-oscura”, que podemos ver, porque es visible al interactuar con las ondas del espectro electromagnético.
Así en contraposición está la materia oscura, la que no vemos y es muy difícil de detectar. Como también pasa con la energía oscura: que nombramos así porque no se comporta como la energía “común y corriente”.
Pero, si no la podemos detectar con facilidad, ¿por qué los físicos piensan que existe?
Un universo más oscuro de lo que imaginamos
La energía y la materia oscura, deben estar “ahí” y a nuestro alrededor en todo caso, pues si no fuera así, el Universo no funcionaría como lo hace.
La propuesta de estas exóticas formas de materia y energía, vino justamente de la observación del comportamiento del Universo, específicamente de su expansión.
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En 1929 el astrónomo estadounidense Edwin Hubble, el mismo que da nombre a un famoso telescopio, descubrió que las galaxias se estaban alejando unas de otras.
Este descubrimiento llevó a la propuesta de que el Universo se expande y que lo hace así porque inició de un solo punto: el Big Bang.
Entonces los físicos, astrónomos y cosmólogos se preguntaron si el Universo se expandiría infinitamente. Considerando la relatividad, lo que pasaría es que la cantidad de materia existente debería ir desacelerando esa expansión.
Cuando trataron de medir si eso estaba pasando, se encontraron con una sorpresa: había más bien una aceleración. Pero la cantidad de materia visible del Universo visible no podía explicar eso, así que debía haber algo que no estábamos viendo.
Eso son la materia y la energía oscura. Con las observaciones actuales sabemos que la materia oscura constituye un 25% del Universo y la energía oscura un 70%. Lo que quiere decir que lo que observamos y conocemos es solo un 5%.
¿Detección directa de energía oscura?
Pensar que conocemos tan poco sobre el Universo no es algo que desanima a los científicos, sino al contrario: los impulsa a buscar respuestas.
Así, desde hace décadas se han diseñado experimentos para detectar materia y energía oscura, como por ejemplo el experimento XENON1T.
Este proyecto de investigación de física de partículas, operado por el Laboratorio Nacional del Gran Sasso en Italia, fue diseñado originalmente para detectar partículas de materia oscura, a partir de su interacción con la materia convencional. Pero parece que detectó algo más.
Los científicos que trabajan con XENON1T, encontraron que en los resultados de sus experimentos siempre había ciertas señales, que se repetían y que no se ajustaban al modelo que estaban usando para determinar si era materia oscura.
Así, los físicos que estudian esta misteriosa parte del Universo, ahora saben que los experimentos como XENON1T diseñados para observar materia oscura, podrían ser útiles también para encontrar a su contraparte energética.
Y esto quizá quiere decir que ahora conocemos un poco más del 5% del Universo.