Un espía envenenado en un país extranjero, suena a trama de cualquier película de James Bond, pero en este caso es algo que pasó hace relativamente poco tiempo.
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Más allá de las implicaciones geopolíticas de esta trágica historia, es de llamar la atención, pues no es común que suceda un envenenamiento con un material de este tipo.
El polonio no es un veneno convencional: su toxicidad reside en que es un metal radioactivo, uno que emite una gran cantidad de radiación que lo hace letal.
Marie Curie y los espías rusos
¿Qué tiene que ver la mujer científica más reconocida de todos los tiempos y una trama internacional de espías? A primera vista no mucho. Sobre todo porque Marie Curie vivió hasta las primeras décadas del siglo XX y esta historia de espías rusos es mucho más contemporánea. Pero sin embargo algo las conecta: el polonio.
Marie Curie fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel, cuando ganó el de Física en 1903, junto con su esposo Pierre Curie y su colega Henri Becquerel, por su descubrimiento de la radioactividad.
Y es la única persona que ha recibido dos premios Nobel en dos diferentes ciencias: en 1911 ella ganó el de Química, por el descubrimiento de dos elementos químicos, el radio y el mismísimo polonio.
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Durante los primeros años en que se conoció la radioactividad se sabía muy poco de los daños que podía causar, aunque se empezaban a intuir: la misma Madame Curie murió por las consecuencias de una exposición prolongada a la radiación durante sus investigaciones.
Luego en la Segunda Guerra Mundial se supo del alcance destructivo de la energía contenida en los núcleos atómicos. Pero pensar en utilizar elementos radioactivos como veneno es otra historia.
Polonio-210
No todos los elementos son radioactivos, en algunos casos puede existir un mismo elemento que diferentes variedades, que se denominan isótopos y alguno de ellos puede emitir partículas o radiación de alta energía.
Por ejemplo, el carbono, uno de los elementos que forma a todos los seres vivos, tiene un isótopo radioactivo: el carbono-14.
Otros elementos como el polonio tienen solamente isótopos radioactivos. Específicamente el isótopo denominado polonio-210 fue el que se utilizó para envenenar a Alexánder Litvinenko.
Ese isótopo del polonio, emite partículas alfa, que tienen una alta energía y que así tiene la capacidad de interactuar con las células, tejidos e incluso el ADN de nuestro cuerpo.
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Curiosamente la exposición externa al polonio-210 no es suficiente para causar un daño inmediato al organismo: para que haya un efecto fatal sería necesario ingerirlo.
Las cantidades de polonio-210 que son necesarias para causar envenenamiento son pequeñísimas: menores a miligramos; pero este elemento es tan escaso que es casi imposible que lo ingiriéramos de forma accidental.
Entonces, si alguien sufre envenenamiento por polonio, es realmente muy sospechoso. Y esa es parte de la conclusión a la que llegó el tribunal internacional que considera que en la muerte de Litvinenko, tuvo que ver de alguna manera el gobierno de Rusia.
Otro punto que apoya esto, es que conseguir este elemento radioactivo es extremadamente difícil, no es fácil encontrarlo en la naturaleza, pero se puede obtener en laboratorios a través de procesos largos y costosos. Así que posiblemente el polonio-210 que se usó en el envenenamiento, necesitó de apoyo y financiamiento.
Así que no se preocupen demasiado de que pudieran envenenarse con este raro elemento. Claro, a menos que sean espías rusos.