Un pez vampiro, parásito, sediento de sangre de otros peces más grandes y que, en algunos inusuales casos, puede nadar por la uretra de una persona. Se trata del candiru, una especie de bagre de la que se conoció que pueden recorrer el río Amazonas sobre otro pez como un si se tratara de una persona pidiendo un taxi en la Gran Manzana.
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El estudio publicado a comienzos de septiembre en la revista Acta Ichthyologica et Piscatoria (AIEP por sus siglas) reveló que los candiru pueden recorrer el Amazonas sobre un pez más grande para cruzar sus complicadas aguas.
La ictióloga de la Universidad Federal de Amazonas, Chiara Lubich, fue quien descubrió a varios candiru de una pulgada de largo de la especie Paracanthopoma adheridos a los lados del bagre espinoso, científicamente conocido como Doras phlyzakion. La investigación la realizó en abril del 2019.
Según el informe, citado en el Daily Mail, Lubich y el resto del equipo de investigadores encontrar nueve bagres espinosos con una docena combinada de candiru pegada a los costados.
¿Cómo se alojan los candiru sobre peces más grandes?
En una entrevista con Gizmodo, el primer medio en informar sobre los hallazgos de la especie, Chiara Lubich explicó: “Aparentemente, los candiru se conectan y viajan con el anfitrión por razones distintas a la comida”.
Algunas especies de candiru se han visto con la cabeza en el abdomen de su anfitrión. Otras comen las escamas, el moco y parte de la carne de su anfitrión, lo que les dio la etiqueta de pez vampiro.
Los investigadores recolectaron diferentes especies de peces en el Río Negro, un importante río afluente del Amazonas cuando hicieron su descubrimiento.
Los candiru, que pueden alcanzar hasta 40 centímetros de largo en algunas especies, suelen ser transparentes, lo que dificulta que los depredadores los vean al momento de adherirse a otros peces.
La investigación no dejó claro por qué estos peces vampiro se suben al bagre espinoso. Es probable que sea para “protección o como una asociación forética”, escribieron los investigadores en el resumen del estudio.
Larry Page, un ictiólogo del Museo de Historia Natural de Florida que no participó en la investigación, admitió que la idea de que los candiru están usando el pez más grande como una especie de taxi marino “es una explicación plausible”.
“Pero parece probable que estén usando los peces más grandes para moverse largas distancias, o tal vez estén haciendo ambas cosas: alimentarse y hacer paradas”.
El hecho de que el Paracanthopoma se descubriera adherido al pescado sin ningún contenido para su alimentación en el estómago aumenta el interés sobre la relación entre el parásito y el huésped.
“Creo que queda mucho por responder y saber sobre esta relación, no solo con el bagre espinoso, sino también con la relación entre el pez vampiro y otras especies que aún no hemos encontrado y sobre las que no se ha informado”, expresó Lubich.