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Dragon Ball: esta es la explicación científica para comprender por qué en Namekusei nunca se hace de noche

Akira Toriyama orbitando sus historias entre la ficción y la realidad científica.

Series animadas japonesas como Dragon Ball y otras tantas, son una agrupación de situaciones ficticias de personajes que salvan al mundo o a una región específica. Sin embargo, la base de su desarrollo se inspira en realidades de la cultura de muchos pueblos orientales. Entonces, así exponen al resto del mundo la historia de como se forjó un continente entero.

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Pero además, hechos que ocurrieron en Dragon Ball, escrita en los años 80, tienen como condimento situaciones científicas y astronómicas que en su momento solo eran teoría. Y que muchísimos años después se terminaron confirmando en la ciencia.

El ejemplo más claro es el desarrollo del planeta Namekusei. Este mundo hizo su primera aparición en la segunda parte de Dragon Ball Z, la saga de Freezer.

El también conocido como planeta Namek tiene varias características para destacar como mundo habitable. Pero la más sorprendente de todas es que en este lugar curiosamente nunca se hace de noche; exceptuando su destrucción durante la batalla entre Freezer y el entonces inédito Super Saiyajin, Goku.

Dragon Ball y la saga de Freezer

La saga de Freezer es muy particular debido a que es la primera en extenderse por tantos capítulos. Después de los 35 episodios de la batalla contra Raditz, Nappa y Vegeta; la pelea contra Freezer llegó con larguísimos 72. De igual forma no es la más amplia. Este título se lo lleva la saga de Cell y los Androides (77). Pero a lo que vamos, las particularidades de Namekusei.

En tantos capítulos de esta saga hubo una constante: los personajes siempre estuvieron bajo la luz de sol. Pelearon contra Zarbon, Dodoria, las Fueras Especiales Ginyu y las diferentes transformaciones de Freezer y nunca anochecía ¿Qué pasaba en este planeta?

Exoplanetas con varias estrellas masivas

Lo que sucede en Namekusei es algo que ocurre en sistemas solares de la Vía Láctea. En nuestra galaxia es común encontrar sistemas estelares con dos soles. Sin embargo, lo del planeta de Piccolo es algo fuera de lo habitual, este mundo está orbitando a tres estrellas masivas. Dicha situación no es alocada o ficticia. Sin embargo, en ese momento (principio de los años 90) era solo una teoría.

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Hasta que en el año 2016 se descubrió el primer planeta del estilo Namek. En la constelación Centauro, a unos 340 años luz de la Tierra está un mundo al que llamaron HD 131399Ab. Según lo reseñó en su momento la BBC, tiene 16 millones de años de antigüedad y en su amplio territorio pueden pasar años siendo de día.

«Durante buena parte del año (órbita) de ese planeta las estrellas aparecen cerca la una de la otra, marcando los familiares lado nocturno y lado diurno con triples atardeceres y triples amaneceres únicos. En ese punto el planeta se encuentra casi perpetuamente de día durante una cuarta parte de su órbita, o sea aproximadamente 140 años terrestres«, dijo en ese entonces Kevin Wagner, un estudiante de doctorado en NExSS que descubrió este mundo.

Volviendo a Namekusei, otra de las características de este mundo, es que predomina el agua, muchísimo más que en la Tierra. La mayoría de su territorio es un solo océano con pequeñas islas separadas ampliamente entre sí.

Entonces, esto es una clara muestra de la mente brillante de Akira Toriyama, de quien esperamos una historia que nos haga estallar de emoción en la nueva película de Dragon Ball Super, programada para el 2022.

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