Una de las claves esenciales en el camino hacia la preservación del medio ambiente, es la generación de energía. Es fundamental encontrar alternativas a las tradicionales, que generan gases del efecto invernadero. Por lo tanto, es siempre motivo de celebración destacar que hay múltiples proyectos encaminados. Y uno de ellos -el que nos convoca en esta ocasión- sorprende por los amplios campos en los que se puede desarrollar. Se trata de un pequeño dispositivo que convierte el movimiento en electricidad.
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Este pequeño aparato, suave y elástico, destaca debido a que también es capaz de cumplir sus funciones en ambientes húmedos. Entonces, además de generar energía en la superficie, también lo podría hacer debajo del agua. En los experimentos solo registra una incidencia negativa: la potencia. Sin embargo, los expertos que desarrollan este proyecto aseguran haber encontrado el camino para solucionar esta eventualidad.
El equipo de científicos que desarrolló este dispositivo trabaja para la Universidad Estatal de Carolina del Norte. En el portal de esta casa de estudios explican a detalle, como funciona y los componentes que integra. Además, publican un video (que colocamos al final de la reseña), de la fase experimental del dispositivo que convierte el movimiento en electricidad.
«La energía mecánica, como la energía cinética del viento, las olas, el movimiento corporal y las vibraciones de los motores, es abundante. Hemos creado un dispositivo que puede convertir este tipo de movimiento mecánico en electricidad. Y uno de sus atributos notables es que funciona perfectamente bien bajo el agua», dijo Michael Dickey, autor principal del proyecto. Dickey es, además, profesor de ingeniería química y biomolecular en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
La electricidad proveniente del movimiento
Explica el profesor, según el portal de la universidad, que el corazón del recolector de energía es una aleación de metal líquido de galio e indio. Una aleación es una mezcla entrelazada de metales, como aparece en la imagen de portada. Entonces, esta unión de metales está envuelta en un hidrogel; un polímero suave y elástico que se hincha con agua.
El agua que está presente en el hidrogel está integrada con sales disueltas que funcionan como conductores o iones. Por lo tanto, estos se ensamblan por la superficie del metal y así se induce la carga.
«El aumento del área del metal proporciona más superficie para atraer la carga. Esto genera electricidad, que es capturada por un cable conectado al dispositivo», reseñó el portal de la universidad.
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De esta manera, Dickey detalla: «Dado que el dispositivo es blando, cualquier movimiento mecánico puede hacer que se deforme, incluido el aplastamiento, el estiramiento y la torsión. Esto lo hace versátil para recolectar energía mecánica. Por ejemplo, el hidrogel es lo suficientemente elástico como para estirarse hasta cinco veces su longitud original».
Las primeras pruebas de este dispositivo generaron poca potencia de electricidad. Pero, a diferencia de otros proyecto similares, fueron capaces de funcionar debajo del agua. Entonces, los científicos consideran las demostraciones como pruebas de conceptos.
Entre las posibles aplicaciones, la que más destaca es una que quiere usar esta tecnología para recolectar energía proveniente del movimiento de las olas del océano. Al que sin duda agradecería la naturaleza de nuestro planeta.