Un vertedero de 80 millones de toneladas de aguas residuales radiactivas puede ser considerado como el Chernobyl de los ríos o algo aún más peligroso que eso. El río Techa, que fluye por el oriente de los Montes Urales en Rusia, es considerado como el más radiactivo del mundo.
El flujo de agua, que acompaña la naturaleza de la pequeña y extensa cordillera que divide el oriente de Europa con Asia, a simple vista, parece un lugar acogedor. Pero en el pasado y según expertos, aún en la actualidad, es un sitio utilizado para verter compuestos nucleares.
Por el Techa, el compuesto vertido fue responsable de exponer a miles de personas, tanto como 20 veces más la radiación causada y sufrida por las víctimas de desastre nuclear de Chernobyl, según el reporte de OddityCentral.
Según los registros, las 24 comunidades rurales que hacían vida en los alrededores del río Techa fueron evacuadas en los últimos 13 años, pero no antes de ser diagnosticadas de distintos tipos de cáncer o anomalías cromosómicas. Los recién nacidos también fueron afectados.
Niveles de radiación en el Techa
Si bien las autoridades afirman que los niveles de radiación en el río Techa son «aceptables», los contadores Geiger siguen emitiendo un pitido inquietante cuando se colocan cerca de la línea de flotación.
Representantes del Instituto de Seguridad Nuclear y Romatom de Rusia describen el nivel de radiación actual del Techa como «incomparablemente menor a lo que solía ser» y «totalmente compatible con las normas de la Federación de Rusia».
Aunque ciertamente es mejor que lo que solía ser hace décadas, según un informe de Associate Press (AP), el agua todavía tiene más radiación de fondo de lo habitual. Las mediciones cerca de la línea de flotación oscilaron entre 8,5 y 9,8 microsieverts, de 80 a 100 veces el nivel de radiación de fondo natural.
Gilani Dambaey, jubilado, habló con AP en 2016 al respecto: «A veces ponían carteles que nos advertían que no nadaramos en el río, pero nunca dijeron por qué (…) Después del trabajo, íbamos a nadar al río. Los niños también”.
La razón por la que las autoridades rusas no mencionaron la naturaleza del peligro que representan las aguas del río Techa es que durante muchas décadas las personas no sabían sobre la existencia del complejo nuclear Mayak, conocido por el accidente de Kyshtym en 1957 y ubicado en Ozersk.
Mayak y las alarmantes cifras de cáncer
El complejo ni siquiera aparecía en los mapas y los residentes tenían prohibido acercarse. Actualmente el área sigue prohibida para accesos, por lo que es imposible decir con certeza lo que ocurre en el lugar. La única teoría, la que apunta el activista Vladimir Sluvyak es que “todavía están tirando desechos radiactivos”.
«Mi opinión es que todavía están tirando desechos radiactivos. Pero demostrar eso es imposible a menos que desde Mayak alguien diga: ‘Sí, estamos tirando desechos radiactivos«, expresó el activista del grupo ambientalista ruso EcoDefense.
Entre 1949 y 1956, Mayak vertió un estimado de 76 millones de metros cúbicos de aguas residuales en el río Techa, sabiendo muy bien que fue utilizado como la principal fuente de agua por dos docenas de comunidades con una población combinada de alrededor de 28.000 personas, que empezaron a ser evacuadas apenas en 2008.
Un estudio de 2007 de Greenpeace mostró en esas comunidades tasas de cáncer 3.6 veces más altas que el promedio nacional en Rusia y una tasa de defectos congénitos 25 veces más alta que la media global.
Otra investigación de la Radiation Research Society también encontró que, de 17.435 residentes nacidos antes de 1956, 1.933 tenían cáncer y que la gran mayoría de la población tenía altos depósitos de estroncio-90 en sus huesos. A finales de la década de 1980, Rusia tuvo que dar la cara y admitir que unas 450 mil personas fueron afectadas por la radiactividad del río.