¿Si no hay comida se consumen entre ellos mismos? No es tan extremo, pero por ahí va la cosa. El sapo de caña, originario del trópico sudamericano, pero con presencia en Australia, registra sobrepoblación en el continente oceánico. Por lo tanto, esta especie acude al canibalismo por dos sorprendentes razones, y una de ellas es realmente terrorífica. Pero así es el mundo animal, como dice el refrán: es la ley de la selva…
Según datos que reseña el portal Daily Mail, el sapo de caña tiene una sobrepoblación en Australia que supera los 200 millones de ejemplares, según estudio de la Universidad de Sídney. Entonces, cómo no hay comida para todos, algunas ranas fueron vistas comiendo los huevos de las crías vecinas. Esto hizo que el instinto maternal creciera entre las hembras y se desate una «batalla campal«.
Nadie se puede descuidar, todos deben estar alerta. Explica el estudio que los sapos de caña desarrollaron un olfato intenso ante las toxinas que se generan de los huevos de las crías. Entonces, cuando sienten la presencia de alguno, van por este para alimentarse.
Obviamente que la razón principal es que ante tantos renacuajos, la comida no alcanza para todos y deben encontrar una alternativa. Sin embargo, según científicos de la Universidad de Sídney, también lo hacen para detener la sobrepoblación. Es decir, eliminan la competencia antes de que nazcan.
Los sapos de caña en Australia y Sudamérica
Explican los científicos que este comportamiento de canibalismo es normal en estas especies, sin importar su ubicación. La diferencia que encontraron en el estudio, es que los de Australia lo hacen 2.5 veces más que los de Sudamérica. Y es precisamente por el exponencial aumento de ejemplares de la especie, en este último tiempo.
«El canibalismo es una forma en que estos renacuajos reducen la competencia dentro de sus estanques. Y mejoran sus propias posibilidades de alcanzar con éxito la metamorfosis», dijo al Daily Mail, Dra. Jayna DeVore, autora principal del estudio.
«Cuando los renacuajos pueden oler que los huevos están incubando en su estanque, se apresuran y canibalizan los huevos y las crías. De esta manera, ambos obtienen una comida y reducen la cantidad de renacuajos con los que competirán por comida más adelante», añadió DeVore.
Para sorpresa de los investigadores, aunque la lucha sea contra unas pequeñas y quizás indefensas crías, se están empezando a registrar resistencias. Los científicos que lideraron este estudio indican que los nacientes renacuajos están desarrollando más rápido su sentido de supervivencia. De esta manera, no dependen de la madre y además dejan de ser vulnerables a tempranas edades.
«Otra cosa sorprendente que encontramos es que los sapos de caña en Australia también han desarrollado nuevas formas de defenderse contra el canibalismo. No solo se desarrollan más rápidamente durante este período vulnerable de huevos y crías. Sino que también tienen más probabilidades que los sapos nativos de poder oler cuando hay caníbales cerca y acelerar su desarrollo en respuesta. Una vez que las crías se convierten en renacuajos, otros renacuajos ya no pueden canibalizarlos. Así que si los caníbales te están buscando, ¡cuanto más rápido te conviertas en renacuajo, mejor!», finalizó la Dra Jayna.