Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes en todo el mundo y ya no queda ninguna duda de que los seres humanos somos responsables de él.
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Eso es lo que queda establecido en el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, que se publicó hoy.
Así como el cambio climático no es nuevo, este comité de expertos tampoco: se formó hace tres décadas, para evaluar las causas y consecuencias del cambio climático
Este panel de expertos había realizado 5 informes en los que ha analizado diferentes aspectos sobre este problema ambiental. Con esos trabajos fue que se empezó a apuntar a la verdadera causa del cambio climático: las actividades humanas.
La caja de Pandora
Cuando los seres humanos descubrimos los combustibles fósiles, fue un poco como abrir la caja de Pandora. Tuvimos a nuestro alcance la posibilidad de generar energía para muchos fines, pero también iniciamos un proceso de modificación de la atmósfera, que ahora sabemos ya es irreversible.
Desde los inicios de la Revolución Industrial las actividades humanas han hecho que la temperatura promedio del planeta Tierra aumente 1.1 grados celsius.
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Aunque podría parecernos un aumento insignificante no lo es cuando vemos sus consecuencias: sequías más intensas, ciclones más violentos, tormentas que causan inundaciones, incendios.
Y esta lista sale de eventos que ocurren ahora mismo: como las olas de calor que azotan las costas del Mediterráneo en Grecia y Turquía y que como consecuencia han dejado devastadores e incontrolables incendios.
Esto y las inundaciones en Bélgica y Alemania, son resultado directo del hecho de que durante años, con la combustión, hemos aumentado la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Dióxido de carbono y cambio climático
La atmósfera terrestre está compuesta principalmente de nitrógeno, que prácticamente corresponde al 80% y oxígeno que completa casi el 100%. También contiene otros gases en pequeñas cantidades, entre ellos el dióxido de carbono, CO2.
El porcentaje del CO2 parece mínimo si lo comparamos con los componentes principales: alcanza menos del 0.1%
Pero es suficiente para que cumpla su función: evitar que el calor del Sol escape, permitiendo que el planeta tenga temperaturas adecuadas para tener agua líquida.
Así que la vida en la Tierra tiene mucho que agradecerle a esa pequeña fracción de CO2 en la atmósfera.
Sin embargo, desde que nos aficionamos a quemar combustibles fósiles hemos elevado la concentración de CO2 en la atmósfera, lo suficiente para que la temperatura en la Tierra haya cambiado notablemente, y casi irreversible.
1.5 grados
<em>“No hay vuelta atrás en algunos cambios del sistema climático”</em>
El aumento en la temperatura global ha hecho que los glaciares se derritan, elevando el nivel de los océanos 20 cm en el último siglo.
Tal vez no podemos cambiar lo que ya hicimos, pero si seguimos por el mismo camino, la situación seguro empeorará, para todos: el IPCC proyecta que si no se hacen cambios, a finales del siglo XXI la temperatura subirá hasta 2-3 grados más.
El IPCC plantea que el objetivo global debe ser reducir las emisiones de CO2, de modo que no superemos un aumento de temperatura de 1.5°C.
Podría parecer que estamos en una situación sin salida. Pero a diferencia de nuestros antepasados, nosotros tenemos muchos datos y proyecciones de las consecuencias de lo que hacemos. Ahora solo falta que usemos esa información para actuar