Durante algún tiempo a los aliados les preocupó que Adolf Hitler pudiera crear un arma potentísima para ganar la Segunda Guerra Mundial. Esta posibilidad de que los nazis tuvieran la bomba atómica aceleró el desarrollo y lanzamiento de las de Hiroshima y Nagasaki, que pusieron fin al conflicto en 1945.
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Luego de 76 años del término de la guerra, científicos norteamericanos estudian un cubo de uranio que perteneció a los alemanes y que estuvo cerca de ser el corazón de la bomba atómica de Hitler.
Los investigadores del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) emitieron los primeros resultados de sus observaciones.
Así se estudió el cubo de uranio de Hitler
Brittany Robertson es una de las científicas al frente de la investigación.
“Me alegro de que el programa nazi no estuviera tan avanzado como querían que fuera al final de la guerra. De lo contrario, el mundo sería un lugar muy diferente”, señaló Robertson en un comunicado.
“Tenemos la oportunidad de aplicar técnicas forenses nucleares modernas para confirmar su origen y conformación”, resaltó.
Jon Schwantes es otro de los investigadores. Explicó que el cubo del PNNL sería comparado posteriormente con otros de los cubos, de procedencia incierta, aunque presumiblemente también de origen nazi.
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El PNNL creó un método experimental para determinar la edad y el origen del cubo de uranio, que se cree fue uno de los más de mil hechos por el régimen nazi.
De acuerdo con los estudios, a principios de la década de los 40 dos científicos alemanes, Werner Heisenberg y Kurt Diebner, intentaron explotar la fisión nuclear de forma separada. Heisenberg habría estado más cerca, gracias a los cubos de uranio de cinco centímetro y 2.5 kilogramos.
No obstante, el diseño no produjo la reacción en cadena esperada.
Con el final de la Segunda Guerra Mundial, unos 600 cubos de uranio fueron tomados por los aliados del laboratorio de Heisenberg. La mayoría de ellos, se presume, se usaron en los programas nucleares de Estados Unidos.
En la actualidad solo se conoce el paradero de uno de los doce cubos, uno de ellos el que posee el PNNL.
Las primeras conclusiones del PNNL
¿Cuáles son las confirmaciones del laboratorio? Que el cubo contiene uranio natural no enriquecido, fechado a principios de la década de los 40. Su recubrimiento está hecho de estireno.
De acuerdo con los investigadores, los nazis también usaron un recubrimiento a base de cianuro para inhibir la oxidación superficial de los cubos de combustible.
Es la primera vez que se intenta analizar el recubrimiento del cubo, según explica Robertson. “Pensé que sería una buena oportunidad, ya que este material orgánico seguiría siendo detectable después de tantos años”.
Para el futuro cercano esperan comparar el cubo del PNNL con otros de otras universidades de Estados Unidos, como la de Maryland. “Queremos ver si podemos clasificarlos, de acuerdo con el grupo de investigación particular que los creó”, indicó Schwantes.
Epílogo
Alemania, finalmente, no pudo crear la bomba atómica y tuvo que conformarse con los famosos cohetes V2, que Hitler consideraba que cambiarían el rumbo de la guerra. Algunos funcionaron en ataques al Reino Unido, pero no con el suficiente peligro como para darle a los nazis una victoria definitiva.
¿Quién fue uno de los grandes investigadores del programa de cohetes nazi? Wernher von Braun, que tras la guerra llegó a ser líder del programa espacial de la NASA. Pero esto es harina de otro costal.