A mediados de la década de 1980, la NASA y otras instituciones científicas notaron un alarmante «agujero» en la capa de ozono. Esto motivó a una exhaustiva investigación para determinar los causantes de este contraproducente efecto en nuestra protección ante la radiación solar. Por supuesto, acciones ejecutadas por los humanos, fueron y siguen siendo los responsables de esta eventualidad. Sin embargo, desde ese momento, se comenzó un proceso de protección con acciones a escalas mundiales.
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Dicho proceso de protección fue bautizado como el Protocolo de Montreal. Después de identificar lo que estaba reduciendo la capacidad de ozono de la atmósfera, se comenzaron a eliminar estas sustancias. Y ahora, por primera vez en la historia, la NASA logra exponer resultados positivos, después de realizar un importante estudio.
En su momento, el Protocolo de Montreal (1987) instó a reducir el uso de sustancias clorofluorocarbonos (CFC) y gases que causan el efecto invernadero. Entre las más comunes de ese momento estaban las lacas para el cabello. También señalan los refrigerantes o las energías consumibles por las antiguas heladeras y aires acondicionados. Pero este tipo de productos han ido desapareciendo del uso cotidiano y el planeta lo está agradeciendo.
Entonces, con este estudio que publica la NASA en su portal, notaron que además de proteger la capa de ozono, reducir el uso de los CFC, también protege a las plantas y su capacidad para extraer carbono de la atmósfera. Y con un video demostrativo de lo que pudo ser dicen: «Este es el mundo que evitamos». Al mismo tiempo que sostienen que la protección de la capa de ozono evitó que el planeta se caliente 0.85 grados Celsius adicionales.
La capa de ozono
A menudo vemos como las cifras de las afectaciones ambientales siguen siendo negativas. Evitar los gases del efecto invernadero, el aumento de las temperaturas y la contaminación en los llamados «espacios verdes», son luchas que se deben seguir asumiendo. Sin embargo, es un respiro y motivación encontrar que hay ciertos resultados positivos en algunas «batallas» ambientales. Y se celebra con más efusividad, cuando se trata de un resultado positivo en un área que la ciencia no esperaba.
«Sabemos que la capa de ozono está relacionada con el clima. Sabemos que los gases de efecto invernadero afectan la capa de ozono. Pero lo que nunca hemos hecho antes es conectar la capa de ozono con el ciclo del carbono terrestre. Los experimentos pasados evitados por el mundo nunca han considerado los impactos del aumento de la radiación ultravioleta en las plantas, y lo que eso significaría para la capacidad de las plantas para secuestrar carbono», dijo el autor principal del estudio, Paul Young, científico atmosférico y climático de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.
Por estos resultados fascinantes, la NASA elaboró un modelo en el que diferencian el mundo que evitamos, con el que estamos transcurriendo. Las acciones en pro del cuidado ambiental se deben incrementar para seguir manteniendo en buen estado nuestro mundo. Pero, aunque se podría ir mucho mejor, este simple Protocolo de Montreal, demostró que las cosas si se pueden cambiar para mejor.