Llevo una semana con el parlante Sony SRS-RA5000 como protagonista de mi escucha musical diaria, y tengo harto que decir al respecto.
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Lo primero es el diseño, algo que zanjaremos en pocas palabras porque es el sonido lo que nos convoca. Sí, tiene la forma de una afeitadora gigante y en un principio era chocante verlo en el living del hogar, pero extrañamente con el paso del tiempo te vas acostumbrando y hasta te puede empezar a gustar sus líneas mezcla de steam punk con roces posmodernos. No es una pieza que se camufle en el ambiente, es protagonista y no tiene vergüenza de admitirlo, para bien o para mal.
En lo que respecta a mí, creo que es un poco grande, pero se entiende que deba tener los espacios físicos para tratar de cumplir las promesas que hace en materia de audio de alta fidelidad y 360º ¿Pero lo hace realmente?
El sonido
El Sony SRS-RA5000 es un parlante estacionario, se queda donde lo instalas y va conectado a la corriente. No queremos confundirlo con la categoría de producto de los parlantes Bluetooth portátiles. Este es un equipo de sonido pensado para vivir en un espacio determinado.
Con eso en mente, también tenemos que sacar otra cosa del camino, lo del audio en alta fidelidad. La música se reproduce de dos formas aquí, a través de Bluetooth desde algún equipo compatible o vía WiFi con Google Home o Alexa.
En ninguno de los dos casos vas a alcanzar a tener audio realmente pristino, es un tema de formatos. Con WiFi y usando un servicio como Tidal o Apple Music te puedes acercar, pero de momento la tecnología no ha podido pillar la calidad de la conexión cableada, al menos no aún.
A pesar de esto, sí se puede lograr escuchar de forma más que aceptable, excelente de hecho. Es ahí donde este aparato entra en una disyuntiva compleja: quiere ser muchas cosas.
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El primer modo es el normal, con una mezcla estéreo, donde la calidad supera (y por harto) a la mayoría de los equipos comunes portátiles que se ofrecen. Es un tema de entregar amplitud de sonido, caracter, articulación y separación de las cosas.
Todo lo anterior lo logra de buena manera, a excepción de las frecuencias bajas, donde tiende a mezclarse un poco con las medias bajas, perdiendo algo de claridad. Sucede que el perfil de sonido trata de favorecer estilos como la electrónica y la música urbana. A pesar de ser limpio y que en la aplicación se puede jugar con la ecualización, no quedé completamente satisfecho. Al menos no en comparación con los ofrecimientos existentes en el mismo rango de precio.
El audio 360º
El aspecto estrella es el sonido 360º de Sony, donde en algunos de servicios de streaming se ofrece, pero que tiene un catálogo relativamente acotado aún.
Tal como pasó con el Spatial Audio de Apple, hay que nadar entre distintos álbumes para encontrar algo que realmente logre el efecto y que de verdad sea mejor que la mezcla original. También pasa que mucho de lo entretenido de todo esto se pierde en el ambiente, funciona mejor en audífonos.
Lo último que trata de hacer es tomar mezclas normales y las «virtualiza» en una mezcla 360º que, al menos en la actualidad y bajo mi opinión, no suenan bien. Es un efecto artificial y lejos de ser agradable.
Al final del día, creo que el Sony SRS-RA5000 trata de hacer muchas cosas y no brilla con excelencia en ninguna. No crean que es un mal producto, porque mezclas normales de alto nivel se escuchan mucho mejor que los parlantes promedio, llenando de sonido la habitación y con mucha más claridad, pero al precio al que se ofrece debe compararse con la competencia en ese segmento, y creo que más allá de la buena integración con Google y Alexa, no trae mucho a la mesa.
Bajando un poco de precio no dudaría en recomendarlo. Si me preguntan, esperaría una oferta e iría por él, pero no al valor al que se ofrece.
Sony ha hecho productos de audio de excelencia en todas las categorías y es una de mis marcas favoritas en este aspecto, por eso mismo, creo que debo ser exigente, sé que pueden hacerlo mucho mejor, lo han demostrado una y otra vez.