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Las claves para entender la inédita transformación de Vegeta y las nostálgicas similitudes con una vieja apariencia de Dragon Ball Z

Vegeta, por primera vez en la historia de Dragon Ball, marca un camino diferente al de Goku.

El número 74 del manga de Dragon Ball Super tiene poco más de 24 horas de publicado. Y en sus últimas siete páginas deja expuesto un momento que generó un impresionante hype en los fanáticos de la historia que desarrolla Akira Toriyama, junto a los diseños de Toyotaro. Se trata de la nueva transformación de Vegeta, misma que además de tener ciertos parecidos con un viejo nivel alcanzado en Dragon Ball Z, también tiene implicaciones propias de la personalidad más pura del príncipe saiyajin.

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Por lo tanto, vamos a describir y señalar algunas de las claves para comprender lo que sucederá en el futuro de Dragon Ball Super. Y además, como un reciente diálogo de Bills repercute en lo que vimos sobre el final del capítulo 74.

Por primera vez en mucho tiempo pudimos ver al Vegeta saiyajin que conocemos. Sin querer exagerar sobre su personalidad, al príncipe solo le faltó decir ¡INSECTO!

Con esto nos referimos a que Vegeta fue ese peleador que no se interesa por nada ni por nadie. En su mente solo está ganar una batalla y además destruir a su adversario. Su mirada tenía la connotación maligna que en un momento le vimos mientras peleaba la primera vez con Goku. Asimismo, daba la sensación de confianza destructiva que personificó mientras era «manipulado» por Babidi, con su famosa M en la frente, durante la saga de Majin Buu. (Este NO es el parecido nostálgico).

ATENCIÓN CON LOS SPOILERS

En el episodio anterior Goku fue derrotado por Granola y llegó el turno del príncipe saiyajin de enfrentar al cersiano. En el diálogo previo del primer intercambio de golpes entre ambos, se ratifica una vez más lo que Dragon Ball viene reflejando desde la primera batalla de Freezer. No solo se trata de un elevado ki o poder, el cuerpo tiene que estar acostumbrado. Le pasó dos veces a Freezer y también a Cell.

Entonces, todo parece indicar que esto también le sucederá a Granola, quien todavía no se adecúa al nuevo nivel de poder que le concedió Shenlong, a través de las esferas del dragón cersianas.

Pero más allá de este interesante elemento, Vegeta, claramente inferior al nivel del vengativo cersiano, comienza a ganar confianza debido a que pone en práctica la enseñanza que le dio Bills hace pocos capítulos, cuando decidió enseñarle una nueva técnica.

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El Dios de la destrucción le confiesa que él dio la orden para que Freezer destruyera el planeta Vegita. Entonces, esto sacó de quicios al príncipe y Bills lo hace entrar en razón dándole el consejo clave en la nueva transformación: pelear sin pensar en el pasado.

Para lograr un nivel similar al de los dioses, es necesario no tener en la mente rencores, traumas o aflicciones del pasado. «Yo no pienso en nada más que la destrucción. Si quieres este poder, destruye los pensamientos innecesarios y vuelve a empezar de cero. Antes de la creación, viene la destrucción«, le dijo Bills a Vegeta en ese entonces.

La nueva transformación de Vegeta

De esta manera, sin permitir que el pasado influya en el presente, y siguiendo únicamente los instintos, Vegeta logró alcanzar una nueva transformación que además le da un morado similar al de los Dioses de la destrucción. De hecho, sobre el final manifiesta una frase que le dijo Bills: «Un poder que solo se estimula con tus instintos, no tiene límites».

En consecuencia, al Vegeta que estamos viendo es ese mismo al que en un momento no le importó deshacerse de Nappa. Aquel príncipe que no piensa en Bulma o su hijo Trunks.

Pero lo más importante y la verdadera clave, es que por primera vez Vegeta no persigue igualar o superar una técnica que alcanzó Goku primero. Esta vez, su camino es muy distinto y finalmente se podría comenzar a pensar el príncipe está un paso adelante de su ahora amigo, pero al mismo tiempo más antiguo rival.

Primeros detalles de la transformación

De entrada, hay un detalle que llama la atención y que nos lleva a la nostalgia de una transformación que a muchos les hubiese gustado que se desarrollara más: el super saiyajin 3. Las cejas inflamadas, el ceño fruncido y la mirada intensa enfocada en la pelea son propias de esa antigua expresión de poder que reveló durante la saga de Majin Buu.

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