Encontrar planetas que no estén orbitando una estrella masiva no es algo nuevo. Sin embargo, se trata de una evento inusual y siendo honestos, no deja de ser extraño. Los mundos orbitan un sol; el sol da vueltas sobre una galaxia; y las galaxias rodean a otros cúmulos estelares más masivos. Entonces, la conclusión es que la vida cíclica del universo se mantiene en constante movimiento.
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De esta manera es que se encuentra extraño e inusual que hayan cuatro nuevos planetas «flotando» de forma independiente por los territorios cercanos hacia el centro de la Vía Láctea.
Reseña el portal Daily Mail que los datos para este hallazgo fueron extraídos del Telescopio Espacial Kepler de la NASA. Dicha herramienta fue retirada por la agencia espacial en el 2018. Sin embargo, sigue con valiosa información en sus tarjetas de memoria que se puede ser útil y reveladora.
Los astrónomos detrás de la investigación utilizaron una técnica a la que llaman microlente gravitacional. Explica el portal citado que «se basa en eventos fortuitos en los que, desde un cierto punto de vista, una estrella pasa frente a otra estrella».
¿Qué pasa con estos planetas rebeldes?
Los científicos detallan en su estudio que originalmente estos planetas se pudieron haber formado alrededor de una estrella masiva. No obstante, según explican los expertos, el tirón gravitacional de otros planetas más pesados los pudo haber sacado de la órbita original. Es decir, con esto descartan que las estrella masiva haya muerto y estos cuatro planetas sean sobrevivientes, dicho fenómeno es casi imposible. Por lo tanto, es muy probable que su sol siga siendo brillante y lleno de energía.
Asimismo, en los datos también encontraron que estos planetas probablemente sean de un tamaño similar al de nuestro mundo. Sin embargo, no especificaron que tan lejos de nosotros podrían estar.
«No sabemos exactamente qué tan lejos están. No se encuentran entre las estrellas más cercanas, sino más cerca que el centro de nuestra galaxia. Así que probablemente sea más exacto decir que están a varios miles de años luz de distancia», dijo Iain McDonald, de la Universidad de Manchester, autor del estudio, en declaraciones brindadas a Daily Mail.
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Lo que sucede con un planeta que se sale de órbita
Aunque no tienen registros de los componentes de estos planetas, calculan que son mundos rocosos. Y que además, por la falta de la energía solar, deben tener océanos congelados.
«Si un planeta como la Tierra fuera arrojado al espacio profundo, lejos del calor de una estrella, esperaríamos que los océanos se congelaran y la atmósfera se condensara en la superficie. La vida aún podría continuar, pero solo en lugares como respiraderos hidrotermales, donde haya otra fuente de energía», añadió el profesor McDonald.