Un estudio de Georgia Tech sugiere que el uso de luces parpadeantes y el sonido serían herramientas importantes para la lucha contra el Alzheimer.
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La investigación, liderada por la profesora Annabelle Singer, destaca la fototerapia y la terapia sonora como generadores de resultados positivos. Sus conclusiones preliminares se compartieron durante la reunión anual de la Asociación Americana de Neurología.
Junto con James Lah publicó el artículo en la revista especializada Alzheimer’s & Dementia: Translational Research & Clinical Interventions.
“Analizamos la seguridad, la tolerancia y la adherencia, además de varios resultados biológicos diferentes, y los resultados fueron excelentes, mejores de lo que esperábamos”, indicó la experta en Ingeniería Biomédica en Georgia Tech.
¿En qué consisten la fototerapia y la terapia sonora?
La fototerapia se refiere al tratamiento de las luces parpadeantes con el fin de estimular las ondas gamma. Según el estudio, estas luces manipulan la actividad neuronal, reclutando el sistema inmunitario del cerebro y limpiando patógenos. “En resumen, libran una lucha exitosa contra una enfermedad progresiva que todavía no tiene cura”, señala Singer.
También se les emitió sonido a 40 hercios, a través de auriculares: esta es la denominada terapia sonora. Tanto las luces como el sonido se utilizaron en conjunto.
Los experimentos se realizaron en 10 pacientes con Alzheimer, durante una hora al día por ocho semanas. También hubo otro grupo no determinado de personas que recibió el tratamiento por cuatro semanas, luego de un comienzo retrasado.
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Los resultados del estudio
El tratamiento desencadenó la actividad de las citoquinas, que son proteínas utilizadas en la señalización celular. Esto se convirtió en una señal de que el parpadeo había enganchado el sistema inmunitario del cerebro.
Apunta la profesora Singer: “Eso es algo que queremos ver, porque las microglias hacen cosas como eliminar patógenos. Algunas personas piensan que parte de lo que está saliendo mal en la enfermedad de Alzheimer es un fracaso de este mecanismo de eliminación”.
El estudio determinó que el tratamiento era seguro y tolerable, con los pacientes siguiendo el calendario completo. Las tasas de adherencia rondaron el 90%.
Algunos participantes reportaron molestias leves que pudieron relacionarse con los parpadeos: mareos, zumbidos en los oídos y dolores de cabeza.
“Analizamos la conectividad de red de modo predeterminado”, indica Singer, “que es básicamente cómo diferentes regiones cerebrales, que son particularmente activas durante el descanso, interactúan entre sí”.
“Hay déficits en esta red en la enfermedad de Alzheimer, pero después de ocho semanas de tratamiento, encontramos un fortalecimiento en esa conectividad”, apuntó la experta de Georgia Tech.
¿Qué es el Alzheimer y cuáles son sus principales síntomas?
El Alzheimer, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es la forma más común de demencia, acaparando entre un 60% y 70% de los casos. La demencia es un síndrome crónico que afecta la función cognitiva -capacidad para procesar el pensamiento-, más allá del envejecimiento normal.
Explica la OMS que la demencia “afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio”.
En la etapa final de la enfermedad, los pacientes pueden sufrir desubicación en el tiempo y el espacio, dificultades para reconocer a personas cercanas, una necesidad mayor de ayuda para el cuidado personal y dificultades para caminar. Además, aparecerían alteraciones del comportamiento que pueden derivarse en agresiones.
No hay cura para la enfermedad.