En su entendible y respetable afán de conocer cada rincón del universo, la NASA lanzó hace más de 40 años dos sondas espaciales con la intención de hacerlas llegar a territorio interestelar. Se trata de las reconocidas Voyager 1 y Voyager 2. Estas naves cruzaron los límites de nuestro sistema solar. Sin embargo, a medida que se alejan, el acceso a la información que envían es mucho mas limitado. Por lo tanto, la agencia espacial estadounidense y algunos de sus socios pretenden llegar a dicho territorio por tercera vez en la historia.
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Las sondas espaciales Voyager, hermanas gemelas, fueron lanzadas en el año 1977. Y aunque durante dicho periodo, la NASA (cómo siempre) tenía tecnología más avanzada que el resto de la humanidad, no deja de tener equipos obsoletos. Entonces, las información que se recibe es limitada y se necesita de mejores dispositivos de recolección de información.
De hecho, en noviembre del 2020 la NASA estuvo aproximadamente ocho meses sin recibir información de Voyager 2. En un determinado momento llegaron a pensar que la sonda espacial en territorio interestelar ya no enviaría más información por su lejanía. Sin embargo, hicieron contacto y en ese instante lo celebraron como el aterrizaje del Perseverance en Marte.
En consecuencia, los científicos trabajan en un nuevo proyecto que no los haga pasar estos sustos de nuevo. Además, pretenden añadir herramientas que especifiquen mejor los datos. Y finalmente, llegar a una distancia de muchísimo más alcance que la de las hermanas Voyager. ¿Cuánta distancia más? Mucha, pero en serio mucha más.
Adentrándose en territorio interestelar
La Unión Europea de Geociencias detalla en su portal que el proyecto de la NASA y sus aliados se llama Interestellar Probe. Y a diferencia de las hermanas Voyager, pretende recorrer 1.000 unidades astronómicas en territorio interestelar. Para comprender la magnitud de la distancia que va a alcanzar, una unidad astronómica, expresada en las siglas UA, es el aproximado de distancia que hay entre el Sol y la Tierra. Entonces, las Voyager llevan una distancia de 120 UA para llegar a donde están.
La idea de los científicos con este proyecto es realizar un mejor estudio de la heliosfera, una burbuja que abarca nuestro sistema solar y que está afectada por el viento solar. En consecuencia, los científicos quieren aprender más sobre cómo se formó y la forma en que evoluciona.
«La sonda interestelar irá al espacio interestelar local desconocido, donde la humanidad nunca ha llegado antes. Por primera vez, tomaremos una fotografía de nuestra vasta heliosfera desde el exterior para ver cómo se ve nuestro hogar en el sistema solar.
¿Qué pretenden descubrir?
Segú el portal anteriormente citado, con este proyecto pretenden entender cómo el plasma del sol interactúa con el gas interestelar para crear la heliosfera. Asimismo, quieren conocer lo que se encuentra más allá de este mismo territorio mencionado. Y finalmente tienen la intención de captar imágenes y así apreciar cómo se ve nuestra heliosfera.