El viento es un flujo de gases a gran escala sobre un planeta, en la Tierra esto se refiere al movimiento del aire de la atmósfera sobre la superficie.
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El aire es una mezcla de gases y aunque podríamos pensar que su componente principal es el oxígeno -a fin de cuentas es lo que nos permite respirar-, este solo contribuye con un 21%: la mayor parte es nitrógeno, 78%, y el resto es dióxido de carbono, argón y vapor de agua.
Al menos dentro del Sistema Solar, sabemos que la atmósfera de la Tierra es única, pero eso no quiere decir que otros planetas no tengan atmósfera, solo que no son iguales en composición y densidad.
Por ejemplo, la atmósfera de Mercurio, el planeta más cercano al Sol, es tan tenue que corresponde apenas a una cienmilésima parte de la de la Tierra, pero sí existe y contiene gases como helio, argón, sodio e incluso oxígeno.
Uno de nuestros vecinos más cercanos, Marte, tiene una atmósfera tenue que corresponde a la centésima parte de la Tierra, lo que se tuvo que tomar en cuenta cuando se diseñó el helicóptero Ingenuity, que recientemente voló sobre el planeta rojo.
Cuando hay atmósferas tenues como en Mercurio o en Marte los flujos de estos gases son menos significativos, así que no existen vientos fuertes, como los que tenemos en la Tierra.
Pero hay planetas que son prácticamente solo “atmósfera”, como los gigantes gaseosos: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
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Y justamente en ellos, encontramos las tormentas más terribles y los vientos más veloces del Sistema Solar.
Júpiter
La Gran Mancha Roja es una de las características más distintivas de este planeta que está después del cinturón de asteroides.
Fue observada por primera vez por el científico inglés Robert Hooke, en el siglo XVII y desde entonces hemos sido testigos de sus cambios de tamaño, apariencia e incluso coloración.
Eso se debe a que es algo comparable a una tormenta: un sistema anticiclónico, o de altas presiones, que genera vientos de 400 km/h.
Sin duda es un viento muy fuerte, considerando que el récord de rapidez de los vientos en la Tierra es de 372 km/h, registrado en el Monte Washington de New Hampshire el 12 de abril de 1934.
Pero hay que tomar en cuenta que ese tipo de vientos, en la Tierra, no duran por mucho tiempo, además de que tormentas, ciclones y huracanes, se dispersan en días, mientras que en Júpiter, los fuertes vientos de ese anticiclón han continuado por siglos.
Saturno
Sin embargo, la Gran Mancha Roja no tiene los vientos más rápidos del Sistema Solar: aunque no tenga vórtices o remolinos notables, Saturno tiene vientos más veloces que Júpiter.
Visto con un telescopio óptico, además de sus notables anillos, podremos notar unas líneas que atraviesan este planeta gaseoso.
Estas son bandas de nubes, que están en las capas superiores de la atmósfera de Saturno, que se desplazan a velocidades de 1500 km/h, algunas hacia el este, otras hacia el oeste, pero sin formar zonas de turbulencia.
Neptuno
Las nubes de Saturno giran a velocidades supersónicas, pero no corresponden a los vientos más rápidos del Sistema Solar.
Si queremos conocer vientos más terribles, debemos alejarnos un poco más del Sol, de hecho ir hasta el último planeta (recuerden que Plutón no está clasificado como planeta desde hace unos años): en Neptuno los vientos tienen velocidades de hasta 2500 km/h.
Sabemos que también tiene una “tormenta” similar a la de Júpiter, que descubrió la nave Voyager 2, cuando pasó cerca de este planeta en 1989 y que se ve como una gran mancha más oscura, sobre el azul de su atmósfera.
Así que bueno, la próxima vez que el viento haga volar la ropa que dejaron secando, no se quejen demasiado: podría ser peor si vivieran en Neptuno.