Dormir ocupa una tercera parte de nuestras vidas y eso puede sonar como un enorme desperdicio de tiempo, en una época, como la nuestra, en la que estar ocupados parece la norma y descansar se ve como algo innecesario.
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Sin embargo, cada vez conocemos más sobre las funciones que tiene el sueño en el funcionamiento de nuestro organismo y sobre todo en la salud del cerebro y el sistema nervioso.
Dormir y soñar
Dormir es una actividad indispensable para muchas formas de vida y algunos como las aves, los pulpos y los mamíferos, pasamos por diferentes etapas y tenemos sueños.
Y aunque no todos soñemos, hasta donde sabemos, en el reino animal todos dormimos: de día o de noche, de manera continua o alternada, más o menos horas.
Los seres humanos caemos en la categoría de animales con actividad diurna y sueño nocturno.
Esto se debe a que nuestro reloj biológico responde a la ausencia de luz, que estimula la producción de sustancias que inducen la somnolencia, como la melatonina o la adenosina.
Cuando estos neurotransmisores hacen que caigamos en el sueño nuestro cuerpo se relaja: poco a poco nuestra respiración y el ritmo cardiaco van más lento, e incluso baja nuestra temperatura.
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Servicio de reparación y limpieza nocturno
Quizá por eso, durante mucho tiempo se pensó que el sueño era una etapa en que todo nuestro cuerpo descansaba y poco pasaba en el organismo, más allá de mantenerse las funciones indispensables de la respiración y el bombeo de la sangre.
Pero ahora sabemos, que eso no es lo único que pasa cuando dormimos: en las etapas de sueño REM, no solo soñamos, sino que consolidamos aprendizajes.
Y en las etapas de sueño que no son REM, ocurren cosas tan importante como la reparación de daños en el ADN que ayudan a mantener la integridad de nuestra información genética.
Además durante el sueño el sistema glinfático está más activo: este es un mecanismo de limpieza del sistema nervioso, que elimina sustancias residuales que se acumulan ahí.
Durante el día las reacciones bioquímicas dejan todo tipo de compuestos residuales en nuestras células, así que por la noche este sistema se ocupa de retirar esos residuos.
Descansaré, cuando me muera
Tal vez ustedes han dicho algo así, sobre todo después de esas noches de insomnio inducido por trabajo-estudio, pero, ¿será posible morir si no dormimos?
En realidad si solo dejas de dormir por un día completo no te vas a sentir mal: incluso te puedes sentir bastante bien.
Eso es porque la falta de unas horas de sueño, activa la vía mesolímbica del cerebro, que estimula la producción de dopamina, un neurotransmisor involucrado en nuestras emociones, sobre todo en las de felicidad.
Así que si no dormiste anoche porque te quedaste estudiando para un examen, tal vez te sientes extrañamente optimista e incluso con ánimos de hacer muchas cosas.
Quizá es solo una forma en que nuestro cerebro nos compensa una noche de desvelo: no dormimos, pero estamos felices.
Moriré, si no duermo
La felicidad terminará cuando completes 24 horas sin dormir: tal vez creas que estás despierto y alerta, pero tus reflejos estarán disminuidos, como si hubieras bebido alcohol.
También te invadirá una sensación de letargo, te costará trabajo concentrarte y estarás irritable. Si completas 48 horas sin dormir la fatiga y dificultad para concentrarte será peores.
Pero después de 72 horas sin dormir, las cosas estarán realmente muy mal: te va a ser muy difícil expresarte, además de que tu memoria prácticamente no va a funcionar, y por si eso no fuera suficiente tendrás paranoia y alucinaciones.
Es difícil determinar cuánto es el tiempo máximo que una persona puede estar despierta y ser más o menos funcional, porque el sueño es tan pero tan importante, que por más que se lo neguemos al cuerpo, siempre gana.
Se sabe que cuando pasamos más de un día sin dormir, tenemos periodos de “microsueño”: en los que nos podemos quedar dormidos por unos instantes, casi sin darnos cuenta.
Esa es otra de las razones por las que dejar de dormir puede hacer que causemos accidentes, que nos afecten a nosotros o a otras personas.
Y aunque quizá nuestro caso no sea tan extremo, sí tenemos que preocuparnos por tener una cantidad suficiente de horas de sueño cada día, para que nuestro cuerpo y nuestro cerebro funcionen bien.