Por su sabor dulce y burbujeante nos gusta tomar refrescos, aunque sabemos que no son la opción más saludable, menos para tomarlos todos los días.
PUBLICIDAD
Eso se debe principalmente a su alto contenido de calorías: una lata de refresco puede contener el equivalente de hasta 5 cucharadas de azúcar.
Calorías vacías
A los seres humanos nos gusta consumir azúcares: nuestro cerebro evolucionó de tal forma que responde favorablemente cuando los ingerimos, porque eso quiere decir que tendremos suficiente energía.
Eso funcionaba bien para nuestros antepasados cazadores y recolectores, que tenían tiempos de hambruna y necesitaban reservas energéticas en su cuerpo, pero ya no funciona muy bien con la vida moderna, con supermercados y alacenas llenas.
Pero los azúcares siguen haciendo que nuestro cerebro se ponga feliz, liberando dopamina, haciéndonos desear un poco más de eso, ya sea un pastel o un refresco.
El problema además es que en un refresco todo son “calorías vacías”: azúcares que no están acompañados de ningún otro nutriente.
Obesidad y caries
Esas calorías vacías, se suman a las otras que consumas en tus demás alimentos, lo que hace que si consumes refresco de forma habitual tengas un exceso de calorías, que tu cuerpo almacena como grasa.
PUBLICIDAD
El desbalance de las calorías consumidas y las que utilizas diariamente es un camino a tener sobrepeso, por eso es que un alto consumo de bebidas azucaradas ha llevado a una epidemia de obesidad en adultos, pero también en niños, en todo el mundo.
Pero no es el único problema de salud pública que causan los refrescos: existen muchos problemas dentales asociados a su consumo, como las caries.
Eso también se debe en parte a los azúcares que contienen estas bebidas, pero también a su acidez: porque todos los refrescos son bastante ácidos.
Burbujas y ácidos
El esmalte de los dientes está formado de hidroxiapatita, un compuesto de calcio que se disuelve en ácidos, así que si se debilita el esmalte, es más fácil que ataquen las bacterias que causan las caries.
La acidez de los refrescos se debe principalmente a que contienen ácido carbónico, ácido cítrico y ácido fosfórico, todas son sustancias inorgánicas, que no son tóxicas para los seres humanos.
El ácido carbónico, se forma al agregar el dióxido de carbono gaseoso que tiene el efecto de burbujeo de las sodas, pero su contribución a la acidez es menor. Los que contribuyen a la acidez son el ácido cítrico y el fosfórico, que se agregan para acentuar el sabor característico de los refrescos.
Se ha considerado que el ácido fosfórico podría causar osteoporosis, sin embargo hasta ahora los resultados no son concluyentes: podría ser que el efecto esté relacionado a que quienes toman refresco también tienen otros hábitos alimenticios poco saludables.
Entonces aunque tal vez no causen osteoporosis, sí será bueno que limitemos nuestro consumo de refrescos: nuestros dientes nos lo agradecerán.