Durante los últimos dos años la gigante estrella ubicada en la constelación de Orión, llamada Betelgeuse, ha estado en observación por los científicos. Primero que todo, la atenuación de su brillo tomó por sorpresa a los astrónomos. Mientras que la vuelta de su iluminación los dejó aún más desorientados.
Después de mucha dedicación, llegaron a la conclusión que una explosión traumática, cercana a su región, nubló su vista. Por lo tanto, una vez que los elementos gaseosos se esparcieron, regresó la mirada nítida sobre Betelgeuse.
De igual forma, un equipo de científicos se quedó observando la novena estrella más brillante que vemos desde la Tierra. Por lo tanto, recientemente llegaron a la conclusión de que el cuerpo celeste se encuentra en una fase de quema de helio. En pocas palabras, esta es una de las últimas etapas que las estrellas masivas atraviesan, antes de explotar. Es decir, antes de convertirse en una supernova.
Asimismo, manifestaron que no hay nada de que preocuparse, debido a que este evento se registrará en al menos 100.000 años. No vamos a estar vivos para apreciarlo. ¿Quiere decir que si ocurriera mañana tendríamos que preocuparnos?
Betelgeuse: camino a supernova
Si bien los cálculos ya indican un período de tiempo, no hay certeza de cuando ocurre en sí una supernova. Además, hay posibilidad de que la estrella termine siendo un agujero negro.
Sin embargo, con todo y eso, los científicos de la NASA ya han explicado que la distancia que hay entre la Betelgeuse y la Tierra es mucha para que repercuta en nuestra región. La estrella masiva está aproximadamente a 650 años luz.
Detallan el canal de YouTube What If Español, que la radiación de la explosión solo afectaría a las zonas que se encuentran a unos 50 años luz. Entonces, la estrella solo dejaría de existir. Pero sí apreciaríamos el destello y la luz que emite un evento de esta magnitud.