Para nosotros, sin duda el Sol es la estrella más importante del Universo, y para el resto de los planetas vecinos también: este sistema solar no existiría sin él.
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Aunque a veces parecería que el Sol es casi único en su clase: una estrella con un montón de planetas orbitando, sabemos que existen otros sistema solares en el Universo, solo que es difícil encontrarlos.
Mundos oscuros
Este sistema solar en el que vivimos a ratos parece excepcional: tiene una estrella no tan grande, pero tampoco muy pequeña, no es ni tan joven, ni tan vieja, tiene una considerable cantidad de planetas en órbitas estables alrededor. Y pues es hasta ahora es el único lugar donde sabemos que hay vida.
Sin embargo no es raro que otras estrellas puedan tener séquitos de planetas en órbita, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo encontrar sistemas solares?
Ver estrellas no es difícil porque emiten luz propia: incluso en los cielos citadinos nocturnos, con mucha contaminación lumínica podemos ver algunas estrellas a simple vista.
También podemos ver a los planetas, pero solo a nuestros vecinos, porque reflejan la luz del Sol, porque ninguno de ellos, tiene luz propia.
Por esa razón es difícil encontrar otros planetas de estrellas lejanas: no brillan.
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Planetas gigantes
Consideremos que a principios del siglo XX ni siquiera se había descubierto Plutón, que si bien no es un planeta sigue siendo el planetoide más grande de este sistema solar.
Al mejorar las herramientas de la astronomía observacional hemos descubierto más objetos no solo dentro de nuestro sistema solar sino fuera de él.
Con el paso del tiempo tenemos un catálogo cada vez más grande de exoplanetas, todos esos mundos que orbitan alguna estrella lejana: hasta ahora hemos descubierto más de 4000.
Casi todos los que tenemos registrados son exoplanetas muy grandes: sí, es más fácil verlos mientras más grandes sean. Y hemos encontrado algunos especialmente peculiares.
Exoplanetas esponjosos
Entre esos exoplanetas gigantes que conocemos, hay una categoría particular que se han denominado planetas tipo “algodón de azúcar”.
Son planetas enormes en tamaño, pero con masas muy pequeñas: así como los esponjosos algodones de azúcar que ocupan un volumen muy grande, pero son más aire que azúcar.
Uno de ellos WASP-107b, está a 200 años luz de la Tierra, y tiene un tamaño similar al de Júpiter.
Un grupo internacional de astrónomos lo descubrió en 2017 y desde entonces se le clasificó como un planeta tipo algodón de azúcar, pero con observaciones más recientes se encontró que es mucho menos denso de lo que se pensaba: tiene una masa 10 veces menor a la de Júpiter.
Como en el Sistema Solar no tenemos a ningún vecino similar, estudiar planetas como WASP-107b nos ayuda a conocer más y maravillarnos del Universo en que vivimos. Aunque realmente no podamos ir de visita ahí, ni comer algodón de azúcar.