Las estrellas son todos esos puntitos brillantes que vemos titilar en el cielo nocturno y que son enormes esferoides de plasma, en las que ocurren reacciones termonucleares, ¿entonces por qué las representamos, casi universalmente, con dibujos puntiagudos?
Estrellas bajo presión
Esa forma casi redonda que tienen, se debe a dos fuerzas que luchan dentro de ellas: por un lado la presión de las reacciones termonucleares que empuja el plasma hacia afuera; y por otro, la atracción gravitacional que ejerce la masa de la estrella hacia su centro.
Durante la mayor parte de la vida de una estrella, lo que se llama su secuencia principal, esas dos fuerzas están en equilibrio hidrostático.
En ese equilibrio, la presión interna impide que la estrella colapse hacia adentro y la gravedad no deja que explote y salga hacia todos lados.
Pero eso cambia a medida que se les agota su combustible termonuclear, el hidrógeno. Al final de sus vidas las estrellas se vuelven inestables y pueden contraerse o explotar, convirtiéndose en supernovas, agujeros negros, nebulosas, entre otras; dependiendo de su masa original.
Brilla, brilla estrellita
Es mucho más fácil asociar al Sol con la forma redonda de las estrellas, porque lo hemos visto en el horizonte: está lo suficientemente cerca para que aparezca en el cielo como un disco muy luminoso.
Las demás estrellas están muy lejos de nosotros, así que aunque varias de ellas sean cientos de veces más grandes que el Sol, las vemos solo como puntitos.
Esa lejanía es la que hace que su luz solo sea visible cuando, en nuestro lado de la Tierra, es de noche y no tienen que competir con el Sol.
Cuando las observamos también notamos que brillan con un temblor ligero, titilan. Pero esa no es una característica de las estrellas sino del lugar desde donde las observamos: la Tierra.
No eres tú, soy yo
La atmósfera de la Tierra es lo que distorsiona la luz que nos llega de las estrellas, eso porque la velocidad y la dirección de la luz cambia ligeramente al pasar por sus diferentes capas, dando el efecto de parpadeo estelar.
Pero el titilar de las estrellas no explica nuestra representación puntiaguda de ellas: eso tiene que ver con nosotros mismos, específicamente con que nuestros ojos no son perfectos, aunque tengamos una visión 20/20.
El cristalino, el lente de nuestros ojos, está formado por un tejido de fibras que se unen en su parte central, en lo que se llama líneas de sutura, las cuáles al recibir la luz de una fuente de iluminación, la difuminan en un patrón que sale en varias direcciones.
En los lentes de los telescopios ocurre un fenómeno similar, aunque es más simétrico, pero como las líneas de sutura del cristalino no son iguales entre una persona y otra, resulta que cuando vemos las estrellas, cada quien ve su propio patrón de difuminado de la luz.
Así que esta noche que vean al cielo, pueden pensar que es como si tuvieran sus propias estrellas, unas que brillan de esa forma, solo para ustedes.