Aunque no podemos ver nebulosas planetarias a simple vista, si tienen un telescopio pequeño y viven en una zona con poca contaminación lumínica podrían identificar alguna.
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Breve historia de las nebulosas planetarias
Así, con telescopios ópticos, fue que las descubrieron los astrónomos del siglo XVIII: el primero en registrar la observación de una fue el francés Charles Messier.
Aunque fue su colega británico, el astrónomo William Herschel, también descubridor de Urano, quién les dio ese nombre, considerando que se veían muy redondas como los planetas.
Otro astrónomo francés, Antoine Darquier de Pellepoix, en 1779 describió una nebulosa planetaria como: “una nebulosa muy apagada, pero perfectamente delineada; tan grande como Júpiter y se ve como si fuera un planeta que se desvanece”.
Naces, creces, te vuelves una nebulosa
Aunque las estrellas no son seres vivos, tienen una secuencia de evolución estelar que a veces nos gusta llamar “ciclo de vida”.
De cualquier forma ese ciclo es muy, muy largo: desde el nacimiento de una estrella, hasta el final de su evolución estelar pasan miles de millones de años.
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Nuestro Sol está en lo que se llama su secuencia principal, en la que pasará la mayor parte de su vida, algo así como la adultez.
El final de la vida de las estrellas dependerá de su tamaño: si son muy masivas explotan como supernovas, pero si son más pequeñas se vuelven nebulosas planetarias.
Por más que para nosotros parezca lo contrario, el Sol no es una estrella muy grande, por su tamaño en su futuro se convertirá en una nebulosa planetaria.
Química estelar
Aunque a nuestro alrededor tengamos un entorno muy variado, en cuanto a materiales y elementos químicos, la mayor parte de la materia del Universo consiste en solo dos elementos: el hidrógeno y el helio.
Todo el hidrógeno que existe en el Universo se formó en el Big Bang. Las estrellas son enormes reactores termonucleares, que durante su secuencia principal, transforman el hidrógeno del que están formadas, en helio.
Si recuerdan sus clases de química, existen más de dos elementos en la tabla periódica: ¿de dónde salieron todos los demás?
Cuando dentro de unos varios miles de millones de años, el Sol transforme todo su hidrógeno en helio, se volverá inestable y se expandirá a casi 300 veces su tamaño: convirtiéndose en una gigante roja.
En las gigantes rojas se forman otros elementos más pesados como carbono, nitrógeno y oxígeno: los indispensables para todas las formas de vida, al menos las de este planeta.
Esos elementos no se quedan ahí por mucho tiempo: las gigantes rojas tampoco son muy estables y los expulsan al medio interestelar cuando se convierten en una nebulosa planetaria.
Así que aunque no tengan que ver con la formación de los planetas, las nebulosas planetarias juegan un papel muy importante en la creación de elementos químicos, que a veces terminan en algún planeta y por una sucesión de casualidades, dan lugar a formas de vida, que en algún momento se ponen a pensar en las nebulosas planetarias.