Los descubrimientos astronómicos son algunas de las noticias de ciencia que invariablemente llegan a los titulares.
De vez en cuando surgen noticias relacionadas al descubrimiento de nuevos planetas en nuestro sistema solar, pero resulta que muchas veces ni son tan nuevos, ni son planetas.
El tamaño no importa
Si estudiaron su educación básica antes de 2006 es muy probable que al responder cuántos planetas hay en el Sistema Solar digan que son nueve. O tal vez duden un poco, ¿son ocho?
Porque tal vez, en algún momento de los últimos 14 años, hayan leído algo sobre que Plutón dejó de clasificarse como planeta. Incluso se enojaron o entristecieron por esa aparente degradación de categoría que sufrió el planeta más lejano al Sol. Bueno, planetoide o planeta enano.
El nombre de planeta enano parece indicar un tamaño más pequeño que lo normal, aunque en realidad esa no es la referencia actual que usa la Unión Astronómica Internacional.
Los planetas y los planetoides comparten dos características: son objetos con órbita alrededor del Sol y que tienen suficiente masa para que su gravedad les dé una forma esférica.
¿Quién manda aquí?
Plutón no tiene dominancia orbital: es decir que ahí existen muchos otros objetos de tamaño considerable. Esa es la razón por la que es un planetoide. Uno que se parece bastante a un planeta porque además tiene un satélite: Caronte. Y no es único en su clase.
Pasando la órbita de Plutón hay muchos otros objetos más pequeños que se han clasificado como planetoides: Haumea, Makemake y Eris, entre otros.
Este último es el segundo planetoide más grande, incluso en algún momento se llegó a pensar que era más grande que Plutón y en los titulares de prensa se mencionó como un “décimo” planeta, pero ni es más grande que Plutón, ni ninguno de los dos es un planeta.
Planetoides de interior
La región más lejana del Sistema Solar no es el único vecindario adecuado para los planetoides. En el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, existe un par de objetos que se pueden clasificar como planetoides.
Uno de ellos, Ceres, fue descubierto en 1801, incluso entonces se pensó que era un planeta: después cuando se descubrieron más y más objetos ahí, quedó clasificado como todos los demás asteroides. Pero debido a que por su gravedad es redondo ahora lo consideramos como planetoide.
Hasta hace un par de años Ceres era el único planetoide interno, en 2019 se describió que otro objeto del cinturón de asteroides podría clasificarse así: Hygiea, que fue descubierto en el siglo XIX, pero recientemente hemos podido ver con más claridad que tiene una forma muy esférica.
Aunque sin duda es interesante pensar que tenemos de vecinos más o menos cercanos a un par de planetoides, ninguno de los dos puede aspirar a que pronto sean subidos de categoría: es muy difícil lograr la dominancia orbital cuando vives en el cinturón de asteroides.
Y para que no estén tristes por Plutón, no se olviden que sin importar las clasificaciones, él sigue ahí en su órbita, después de Neptuno, dando vueltas al Sol, y no tiene planes de irse a ningún otro lado.