El mercurio es un metal muy particular: es líquido, por eso es útil para usarse en termómetros, porque las variaciones de temperatura lo hacen expandirse.
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Pero tiene un problema: es un metal muy tóxico, por eso deberíamos saber cómo actuar cuando se rompe un termómetro.
Loco como un sombrerero
El mercurio es realmente un elemento muy tóxico: una pequeña cantidad nos puede causar daños severos sobre todo en el sistema nervioso central, pero también en los riñones y los pulmones.
Su neurotoxicidad se conoce desde hace mucho tiempo: la hidrargiria o envenenamiento por mercurio fue una condición común en el siglo XIX, sobre todo en Inglaterra.
En las fábricas de sombreros de fieltro se usaban compuestos de mercurio: los obreros respiraban sus vapores diariamente, así que terminaban con problemas neurológicos: temblores, dificultad para moverse y hablar.
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Termómetros de cuidado
Sabiendo todo esto es que se ha empezado a sustituir por otros líquidos en los termómetros, pero dado que es muy buena opción para la medición, todavía existen muchos que lo contienen.
Así que sobre todo en estos tiempos, en los que se ha vuelto indispensable darle un seguimiento a nuestra temperatura, puede pasar que, aunque tengamos mucho cuidado, se rompa un termómetro en casa.
Para empezar debemos conservar la calma: la intoxicación con mercurio no es inmediata y si bien debemos tener cuidado, la cantidad de mercurio no será suficiente para que terminemos locos como un sombrerero.
¿Qué hacer cuando se rompe un termómetro?
Si el mercurio se derramó sobre nuestra ropa, lo mejor será desecharla: si metemos en la lavadora solo corremos el riesgo de contaminar otras prendas.
Si el mercurio se derramó en una superficie necesitamos: guantes de látex o plástico, servilletas de papel húmedas, tarjetas de cartón, bolsas pequeñas de cierre hermético, bolsas de basura, cinta adhesiva y un gotero de vidrio.
Es bueno contar con una linterna, para buscar bien por todas partes las gotitas de mercurio que son muy escurridizas.
Durante todo el procedimiento usa guantes y de ser posible lentes de protección: cuando encuentres las gotitas de mercurio usa las tarjetas de cartón para reunirlas.
Si son suficientemente grandes tómalas con el gotero y pásalas a las servilletas de papel. Si son demasiado pequeñas puedes pegarlas en la cinta adhesiva.
Debes ir guardando esas servilletas o cintas en las bolsas de cierre. Cuando termines, coloca todas las pequeñas bolsas en una bolsa de la basura. De la misma forma, debes tirar todo lo que utilizaste: guantes, tarjetas, gotero.
No tires todo a la basura como si nada: de ser posible ponte en contacto con alguna instancia que recolecte desechos peligrosos en tu localidad.
Trata de no estar en la habitación en la que se derramó el mercurio y mantenla ventilada de 24 a 48 horas, para asegurar que sus vapores se hayan dispersado.
Y por supuesto, después de todo esto, consigue otro termómetro, de preferencia uno sin mercurio.