Si buscan muchos volcanes no los encontrarán en Hawái, o en Indonesia, tampoco en el Eje Neovolcánico de México: tiene que ir más al sur.
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¿Será tal vez entre Argentina y Chile? Después de todo ahí está el volcán más alto del mundo: el Nevado Ojos del Salado, pero no, todavía tenemos que ir un poco más al sur.
Canción de hielo y fuego
En la Antártida es donde está el volcán activo más austral del mundo: el monte Erebus que tiene una altitud de casi 3800 metros.
Fue descubierto en 1841 por una expedición británica, dirigida por Sir James Clark Ross y como uno de los barcos en los que viajaban era el HMS Erebus, así llamaron al volcán, que cuando fue descubierto estaba en erupción.
El Erebus tiene una actividad casi constante, con erupciones estrombolianas: arroja piedras y lava muy viscosa.
También emite fumarolas, pero dadas las condiciones del ambiente, esas emisiones de gases se congelan y forman torres de hielo.
En las montañas de la locura
Este volcán es parte del Cinturón de Fuego del Pacífico: una zona que pasa por varios continentes y que se caracteriza por su gran actividad sísmica y volcánica.
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El Erebus no es el único volcán conocido de la Antártida, tiene de vecino al Monte Terror que es más bajito por unos cientos de metros y que no ha tenido erupciones en el pasado cercano.
El escritor estadounidense H. P. Lovecraft menciona ambos volcanes en su novela “En las montañas de la locura”.
Lo que no es una locura, es suponer que haya más volcanes en una región con gran actividad geológica. Aunque quizá sí sea un poco complicado encontrarlos.
Eso porque la Antártida no solo es un continente muy frío: está cubierta de una capa de hielo que en algunas zonas tiene un espesor de cuatro kilómetro.
Viaje al centro de la Tierra
Debajo de una de esas porciones de hielo continental, en la capa de hielo de la Antártida Occidental, está la mayor zona volcánica de la Tierra.
Eso descubrió un grupo de geólogos de la Universidad de Edimburgo: aunque no tuvieron que visitar las profundidades de esa capa de hielo porque usaron observaciones de satélites para identificar elevaciones que pudieran corresponder a la presencia de conos volcánicos.
Así encontraron más de 90 volcanes de todos los tamaños: desde 100 metros hasta más de 3 mil, casi tan altos como el Erebus, pero que no vemos porque están sepultados por el hielo.
Aunque hasta ahora no hay suficiente evidencia de la actividad que tienen, es útil saber más sobre esos volcanes ocultos.
Su existencia está relacionada con que se mantenga en buen estado esa capa de hielo antártico, que si se derrite contribuiría a aumentar el nivel de los océanos. Y eso sí sería un mal final para esta historia.