Quizá últimamente hemos salido muy poco de nuestra casa y solo vemos a nuestros vecinos; pero, aunque eso no nos parezca normal como seres humanos, hay quienes nunca salen de su vecindario. La Tierra por ejemplo forma parte del mismo vecindario, el Sistema Solar, desde que nació hace más de 4,500 millones de años.
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El Sistema Solar mismo tiene su propio vecindario dentro de la galaxia: estamos en el brazo de Orión, unos de los brazos espirales de la Vía Láctea, lo que nos ubica más o menos en una de sus orillas, bastante lejos de Sagitario A*, un agujero negro supermasivo que vive en su centro.
Las observaciones astronómicas son casi tan antiguas como la humanidad y con el tiempo, los seres humanos hemos desarrollado instrumentos de medición que nos han permitido conocer nuestro lugar en el Universo, al menos físicamente hablando.
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Con la información que los astrónomos tenían hasta hace unos años, se consideraba que el centro de la galaxia estaba a 27 mil 700 años luz de la Tierra. Un nuevo mapa de la Vía Láctea obtenido por astrónomos japoneses, nos muestra que tal vez estamos más cerca de lo que pensábamos.
Una de las dificultades que tenemos cuando estudiamos nuestra propia galaxia es que lo hacemos desde dentro, por eso resulta más fácil conseguir información más precisa de otras galaxias.
Para mejorar la observación de la Vía Láctea y los objetos que hay en ella (agujeros negros, cúmulos, estrellas, etc.), el Observatorio Nacional Astronómico de Japón, diseñó el proyecto VERA, que usa un conjunto de radiotelescopios ubicados en diferentes islas de su archipiélago.
Los radiotelescopios a diferencia de los telescopios ópticos no observan la luz visible, la que pueden percibir nuestros ojos, sino las ondas de radio que emiten muchos de los objetos y estructuras del Universo.
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Cuanto más mejor
VERA usa una técnica llamada interferometría, en la que se combinan las observaciones de varios radiotelescopios al mismo tiempo, lo que nos da información mucho más detallada que si usáramos uno solo.
La interferometría con radiotelescopios fue la técnica que usó el proyecto Event Horizon Telescope, para obtener en 2019, la primera foto de un agujero negro.
Las observaciones del proyecto VERA nos muestran que el Sistema Solar está 2 mil años luz más cerca del centro de la galaxia y por lo tanto más cerca del agujero negro Sagitario A*.
¿Vamos a morir tragados por un agujero negro?
Tomemos en cuenta que ni la Tierra, ni el Sistema Solar se han acercado: simplemente hemos mejorado la medición de ciertas distancias astronómicas, que siguen siendo muy, muy grandes en comparación con las medidas a las que estamos acostumbrados.
Eso quiere decir que, por un lado llevamos toda nuestra vida viviendo a esa distancia de un agujero negro; y por otro, que unos miles de años luz más o menos no harán diferencia para nosotros.
Entonces, ¿de qué nos sirve mejorar las mediciones astronómicas? Nos ayudan a conocer mejor a nuestros vecinos galácticos, uno de los objetivos es por ejemplo que podamos obtener un imagen más clara de Sagitario A*, ese enorme agujero negro central. A fin de cuentas es nuestro vecino.