Chuck Yeager, el primer piloto en romper la barrera del sonido, falleció este martes a los 97 años de edad.
Su récord lo logró el 14 de octubre de 1947, volando el avión experimental Bell X-1 (renombrado Glamorous Glennis, en honor a su esposa). Yeager alcanzó el Mach 1 a una altitud de 13.700 metros.
Luego instauró un nuevo registro, Mach 2.44, superando a Scott Crossfield (Mach 2).
Nacido en Myra, Virginia Occidental, en 1923, Charles Elwood Yeager se integró a la Fuerza Aérea en 1941, tras haber sido mecánico de aviones. Aunque no tenía estudios formales, se graduó como oficial de vuelo y se convirtió en piloto de combate.
Durante la Segunda Guerra Mundial voló en el frente alemán, logrando 11.5 derribos. Uno de ellos tuvo que compartirlo con su compañero Eddie Simpson.
La vida de Chuck Yeager tras la Segunda Guerra Mundial
Luego de ejercer como piloto de pruebas y romper la barrera del sonido, participó en el Teatro europeo durante la Guerra Fría y combatió en la Guerra de Vietnam.
Yeager alcanzó el grado de General de Brigada en 1969
También se erigió en comandante de la Escuela de Pilotos de Investigación Aeroespacial, donde los astronautas militares se entrenan. Ocurrió en 1962.
En la década de los 80 obtuvo mayor reconocimiento mediático, gracias al libro de Tom Wolfe, The Right Stuff, y la película Elegidos para la Gloria. Sam Shepard encarnó al piloto norteamericano.
Yeager se casó dos veces: con Glennis Dickhouse (en cuyo honor bautizó a sus aviones de combate), que falleció en 1990, y con la actriz Victoria Scott D’Angelo, menor que él por 36 años.
Dejó cuatro hijos y un enorme legado por su experiencia en vuelos.
Las condolencias de la NASA
Jim Bridenstine, administrador de la NASA, emitió sus condolencias por la muerte del general Yeager.
“Es una pérdida tremenda para nuestra nación”, señaló Bridenstine. “Su espíritu pionero e innovador (…) puso los sueños de nuestra nación en la era de los jets y la era espacial”.
Recordó el administrador una frase de Yeager.
“No te concentres en los riesgos. Concéntrate en los resultados. Ningún riesgo es demasiado grande para evitar que se haga el trabajo necesario”.