En un libro hueco, en trajes o sustituyendo a otros líquidos, el alcohol ha estado presente en el espacio. Un cosmonauta develó que en la década de los 90 llevaron coñac a la estación espacial MIR.
Aunque está prohibido el consumo, los rusos se las ingeniaron para contrabandear bebidas espirituosas.
Ya en 2010 lo había develado el cosmonauta Alexander Lazutkin en una entrevista con Interfax, recordada por el Daily Mail.
“Durante misiones espaciales prolongadas, especialmente al comienzo de la era espacial, tuvimos bebidas alcohólicas en las raciones de los cosmonautas”, confesó.
Aunque los médicos le dieron el visto bueno, fueron prohibidas por Roscosmos, la agencia espacial rusa. Pero ya estaba todo escrito, y los cosmonautas no darían un paso atrás. Así que contrabandearon las bebidas.
“Una semana antes del lanzamiento no comimos nada más que pan y té, y perdimos casi dos kilos”, afirmó Igor Volk, otro cosmonauta. “Empacamos todo en pequeñas bolsas de papel celofán y, cuando estábamos siendo vestidos, colocamos las bolsas en los trajes espaciales”.
Volk confesó que ahuecó un libro y escondió una botella de coñac. “Era un libro grueso, y se quita la cubierta. En lugar de las páginas, se pone una botella. Cabía alrededor de un litro y medio”.
Otro caso: Valery Ryimin reveló que, antes de una misión, llevó coñac armenio en bolsas de plástico con tapas atornilladas. Las escondió en su traje de vuelo. “Estoy convencido de que es necesario legalizar el alcohol en el espacio en pequeñas cantidades”.
Este es el efecto que genera el alcohol en el espacio
¿Cuál es el efecto del alcohol en el espacio?
De acuerdo con Ryimin, el alcohol ayuda a conciliar el sueño más rápido y a despertar más renovado.
La prohibición de las agencias espaciales no solo se debe a los efectos del alcohol en el astronauta. El alcohol tiene etanol, un compuesto volátil que podría dañar los equipos de la nave.
Aunque los rusos son los únicos que han develado el contrabando de bebidas espirituosas al espacio, los estadounidenses no se quedan atrás.
“La NASA te dirá que no hay alcohol a bordo de la Estación Espacial Internacional. Pero, como persona que vivió allí durante cinco meses, te diré que es falso”.
Las palabras pertenecen al astronauta Clayton Anderson.
Incluso, Buzz Aldrin confesó que tomó la comunión con vino durante el viaje a la Luna en 1969. ¡La bebida se le derramó!
“Derramé el vino en el cáliz que nuestra iglesia me había dado. El vino se enroscó lentamente y cayó al lado de la copa, lentamente, con gracia. Fue interesante pensar que el primer líquido que se vierte en la Luna, y el primer alimento que se comió allí, eran elementos de comunión”.