Se originó en Wuhan, una ciudad de China, a finales del 2019. Pero este año se convirtió en pandemia y llevó una pesadilla de la cual el planeta entero todavía no despierta. Se trata del coronavirus, COVID-19, Sars-CoV-2, o como lo quieran llamar. Lo cierto es que se llevó a más de un millón 400 mil personas, aproximadamente y la cura todavía no sale de forma oficial.
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Hay equipos de equipos de profesionales trabajando de manera ardua. Algunos realizan estudios, otros buscan antídotos, pero todos tratan de entender de que se trata finalmente. Y en esa búsqueda lograron exterminar un mito que se generó hace algunos meses.
Se publicó anteriormente que las mutaciones del virus tenían tendencias a ser más intensas, es decir más infeccionas. Esto pudo tener repercusión en la rapidez de su propagación y así en el aumento de la cantidad de muertes. Sin embargo, tras un estudio confirmado se comprobó que no es así: las mutaciones del coronavirus no lo hacen más infecciosos.
El coronavirus y la genética D614G
Los científicos que publicaron el estudio, reseñado en Daily Mail, señalaron la genética D614G , de la cual se temía que sí pudiera ser más infecciosa. Pero incluso haciendo énfasis en esta, determinaron que no.
Detallaron que las mutaciones del coronavirus puede desarrollarse de tres formas diferentes y en ninguna hubo mayores niveles de infección.
«Afortunadamente, descubrimos que ninguna de estas mutaciones está haciendo que COVID-19 se propague más rápidamente, pero debemos permanecer atentos y continuar monitoreando nuevas mutaciones, particularmente a medida que las vacunas se vuelven más rápidas», dice parte del artículo que se publicó en la revista científica Nature Communications.