El planeta Tierra genera su propio campo magnético, que evita que las partículas solares cargadas de alta energía la golpeen directamente. Pero ¿en qué consiste la inversión magnética? ¿Qué tiene que ver con el fin del mundo?
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Así como ocurrió hace millones de años, los polos cambiarán de lugar de nuevo en algún momento de la historia. Este movimiento ocurre gracias a la existencia dinámica que origina el campo magnético de la Tierra.
El centro del planeta está conformado por una masa de hierro y níquel a 6 mil grados centígrados. Con el movimiento interior y el de rotación de la Tierra, se crea el campo magnético.
En las zonas polares, este campo ayuda a la orientación: por eso las brújulas apuntan al polo sur. Pero hace 780 mil años ocurrió la última inversión magnética. Los científicos prevén que, por el debilitamiento que puede estar sucediendo en el campo, en algunos años se concrete un nuevo orden.
¿Qué ocurriría con una nueva inversión magnética en el planeta Tierra?
El gran temor de la humanidad es que esta inversión magnética influya en los satélites, inicialmente, hasta llegar a debilitar la barrera protectora magnética. Por lo tanto, los rayos cósmicos bombardearían la superficie y terminarían con la especie humana.
Pero está lejos de ocurrir algo así. El cambio es extremadamente lento, casi imperceptible, y podrían pasar 40 mil años para que suceda un cambio visible.
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Incluso, lo peor que podría pasar es que varias especies animales se desorienten, pero es cuestión de tiempo para que hallen su camino.
La NASA establece que no existen indicios de que el campo magnético terrestre desaparezca. ¿Cuál es la razón? Que, pese a las inversiones anteriores, nunca dejó de existir.