La capacidad de memoria, aprendizaje o conocimiento varía de acuerdo a la manera de ser de cada individuo. Existen dos extremos: los que recuerdan cada detalle y los olvidadizos. Sin embargo también hay un punto medio que puede ser muy común. A muchos les ha pasado que quieren traer a la menta una información almacenada, y terminan no siendo capaces de recordar.
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Entonces esa sensación desagradable podría ser explicada tras un estudio realizado por científicos de Stanford. Saber que se tiene la información en un lugar profundo y no poder exteriorizarla tiene una explicación. Los científicos relacionan el tamaño de las pupilas con la actividad neuronal. Asimismo esto influye en el foco de atención de las personas y finalmente concluye en la memoria.
«Afortunadamente, la ciencia ahora tiene herramientas que nos permiten explicar por qué un individuo, de un momento a otro, puede no recordar algo almacenado en su memoria», dijo el profesor Anthony Wagner, de la escuela de Ciencias Sociales, en Stanford.
Potencia del cerebro para reaccionar y recordar
Los científicos que realizaron el estudio tomaron a jóvenes de entre 18 y 26 años. Monitorearon sus lapsos de atención en relación a la memoria y midieron el diámetro de sus pupilas. Entonces notaron que los lapsos de atención y divagaciones de la mente iba de la mano con las constricciones de las pupilas. Además notaron que incidió en los tiempos de reacción de las personas que realizaron múltiples tareas.
Identificar este acontecimiento permite a los científicos diseñar tareas para corregirlo. En primer lugar debe existir un compromiso de la persona de querer mejorar su foco de atención. Entonces se debe forzar a no dejarse distraer y así se mejorará.
Además le da a los científicos un posible antecedente para personas que podrían sufrir en futuro de Alzheimer. Asimismo si se corrige esta condición, haciendo que las personas puedan recordar de forma más seguida, se podría prevenir en un porcentaje, a quienes iban camino a sufrir la condición mencionada.