La humanidad atraviesa prácticamente su noveno mes bajo la pandemia global del Coronavirus Covid-19. Se trata de un recorrido que ha tenido sus momentos de preocupación, gran tensión y esperanza también.
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En especial cuando el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford empezaron la tercera fase de sus ensayos clínicos en el desarrollo de una vacuna experimental.
Pero todo se vio inesperadamente complicado cuando el proyecto tuvo que ser detenido, luego de que por lo menos un paciente presentara una enfermedad grave como aparente efecto secundario.
En sus últimas declaraciones el laboratorio afirma que todo al parecer sería producto de una situación no relacionada directamente con los ensayos. Pero el caso ha detonado que no se avance con el ritmo contemplado originalmente.
Se hacen públicos los protocolos
Es por ello que tal vez, como una respuesta a la falta de transparencia, que la firma ha decidido hacer públicos sus protocolos aplicados durante las pruebas.
Según reporta el New York Times, AstraZeneca ha difundido prácticamente en su totalidad detalles de la tercera fase de los ensayos clínicos de su vacuna.
Es a partir de aquí que surge la presencia no de uno, sino de dos casos de voluntarios que desarrollaron «síntomas neurológicos sin explicación», tal como marca el laboratorio.
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El segundo caso está ampliamente documentado a partir de filtraciones. El segundo habría sucedido a principios de este mes de septiembre y sería el que obligó a frenar los ensayos.
Los documentos abiertos para su consulta revelan igual que se realizó una revisión independiente y en la conclusión se determinó que era poco probable que los síntomas de ambas pacientes «estuvieran asociadas con la vacuna».
Igual se remarca que no había pruebas suficientes para establecer un vínculo con la vacuna como detonante de todo. Así que la incertidumbre sigue, aunque todo es un poco más transparente.