La pandemia del Coronavirus Covid-19 pasa por uno de sus momentos más complejos en distintas partes del mundo como América Latina.
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Pero a estas alturas parece que comienza a delinearse claramente cuál sería el siguiente gran problema detonado por esta contingencia: la distribución de la vacuna y su uso como herramienta política.
Uno de los más claros ejemplos de ello lo estamos viendo con Estados Unidos y el propio Donald Trump, quien ha empezado a atacar abiertamente a la entidad reguladora de medicamentos en su país, la FDA.
Acusándola, más o menos bajo el mismo patrón de conducta que con Huawei, de retrasar la aprobación de cualquier vacuna hasta pasadas las elecciones del país.
Al respecto el Financial Times ha publicado un esclarecedor artículo, en donde revela cómo Trump piensa saltarse los protocolos de seguridad para distribuir la vacuna justo a tiempo para su reelección.
La FDA y Oxford en lucha
El objeto de la discordia sería la vacuna experimental británica contra el Coronavirus Covid-19 desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Este proyecto se encuentra muy avanzado en su tercera fase de pruebas con 10 mil voluntarios. Una vez superada esta etapa, si no hay alguna irregularidad, podría comenzar la producción masiva de la vacuna.
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Pero el asunto es que la FDA exige en la última fase de evaluaciones la participación de por lo menos 30 mil sujetos. Lo que descarta por ahora la vacuna de Oxford.
Se tiene contemplado hacer una prueba complementaria con 30 mil voluntarios pero sería en un tiempo posterior a la fecha de las elecciones en Estados Unidos.
De modo que Donald Trump estaría considerando utilizar una “autorización de uso de emergencia” en octubre.
Si el reporte del diario es cierto, esta sería su mayor arma para buscar correr otro periodo como Presidente.