La NASA ha conquistado logros que se consideraban imposibles hace algunos años. Vimos cómo completaron su primera misión tripulada privada en equipo con los chicos de SpaceX hace poco y parece que ese es sólo el principio.
Hay planes muy ambiciosos para la agencia espacial y parece que ahora se proponen a por fin superar uno de los retos más complicados de la exploración espacial: descifrar cómo utilizar un retrete en la Luna.
Suena como algo absurdo, propio de un episodio malo de Los Simpson (o uno bueno de Space Force), pero en realidad la NASA ha lanzado este reto de innovación a través del programa Artemis y la plataforma HeroX, bajo el título de NASA’s Lunar Loo Challenge.
Ahí, ofrece una recompensa de USD $35.000, dividida en tres partes, a quienes logren diseñar un retrete funcional para que los astronautas puedan usarlo cuando se encuentren en la Luna.
El problema con la gravedad
El mayor reto para este retrete espacial es que no sólo funcione bajo condiciones de microgravedad, como en la Estación Espacial Internacional (ISS).
Sino que también opere sin problema bajo las condiciones gravitacionales de la Luna. Que es una sexta parte de la existente en la Tierra.
Entre las exigencias del diseño se pide que el retrete debe ocupar no más de 0,12 metros cúbicos de espacio y no debe producir más de 60 decibeles de ruido.
El inodoro espacial también deberá poder recolectar orina y heces al mismo tiempo. Así como contener al menos 1 litro de desechos líquidos y 500 gramos de desechos sólidos.
Incluso debe soportar el almacenamiento de por lo menos 114 gramos de sangre menstrual por día. Así que el reto va en serio y más complicado de lo que parece.