En la ciencia ficción nos fascinan los muertos vivientes, mejor conocidos como «zombies» en la cultura pop. Ellos han sido los protagonistas de tantas sagas que conocemos muchos detalles de su naturaleza.
Popularmente se dice que estos seres carentes de vida son difíciles de eliminar, debido a que técnicamente ya están muertos. Debido a esto hay que deshacerse de ellos de formas más «creativas».
Un excelente artículo del Washington Post compara al nuevo coronavirus (COVID-19) con estos seres ficticios. Tal como en las películas, la plaga se expande muy rápido y cuesta deshacerse del problema.
Pasa que tal como a los personajes, los virus no están «vivos», son material genético protegido, viajando en una coraza y que apenas se les considera «vida».
«Dame tus células», más que «dame tu cerebro»
Apenas entran a tu organismo, «agarran» a otras células y las convierten en su especie. Sí, como los zombies, pero este virus es muy inteligente, porque se las arregla para pasar desapercibido. Imaginen un elevador lleno de gente con traje, cuando este se llena a mitad de camino, uno de los «huéspedes» empieza a actuar. No hubo aviso previo. Aquí puedes pasar días sin síntomas, sin saber que está dentro de ti. Es lo suficientemente hábil como para «desencadenar un caos mundial», reza la fuente.
Al haber nacido en un animal y «saltado» a los humanos (en términos extra simples), al igual que el ébola, SARS y MERS, la receta para el desastre estaba cantada.
Son «fáciles de atrapar, pero muy difíciles de aniquilar», se especifica, que es una de las tantas causas por las que el COVID-19 se alza como un amenaza que es bastante más compleja que una «simple gripe».
