Durante la reciente pandemia del Coronavirus, enfermedad que mantiene la preocupación del mundo debido a la rápida expansión que ha registrado en más de 110 países durante las últimas semanas, nos ha recordado lo importante que son algunos hábitos (básicos), que pueden ayudar a evitar más contagios.
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Uno de estos es el lavado de manos, costumbre diaria que la mayoría de las personas realiza y que, según expertos, podría ser una de las formas más eficaces de evitar una mayor cantidad de contagios en personas que utilizan frecuentemente el transporte público de sus ciudades.
Pero, ¿conoces la razón de por qué el jabón es tan recomendado por todos? Si no lo tienes muy claro, a continuación te explicamos en detalle lo trascendental que puede ser este producto tan cotidiano que ahora ha tomado una importancia relevante.
Coronavirus y jabón
La mayoría de los expertos ha enfatizado que, el coronavirus se puede adherir a la piel de una forma bastante particular, ya que este puede mantenerse por varias horas en la mayoría de las superficies, entre ellas la piel. Ante esto, los expertos recomiendan el uso de jabón para resguardar la limpieza y el higiene debido a que la enfermedad cuenta con una capa protectora de lípidos que provoca que todas sus moléculas sean adherentes y bastante pegadizas.
Esto se puede ver reflejado incluso en el comportamiento interno del virus, ya que cuando este ingresa al cuerpo e invade las células, su capacidad adherente puede provocar que se acople directamente al RNA, utilizando como hogar a la célula huésped.
Mediante este mecanismo de funcionamiento, el RNA puede generar más virus, que es una de sus labores fundamentales. Sin embargo, si la membrana de lípidos (parte del virus) logra descomponerse, también se podrá desactivar la enfermedad. Es aquí donde llegamos a la función del jabón, ya que este elemento químico cumple una función de desactivar la capacidad adherente del virus.
Esto se puede ver de la siguiente manera, cuando las cadenas de jabón intentan ganarse los enlaces que tienen por sí mismo los lípidos entre varios de ellos, o incluso añadiendo a las proteínas del propio Coronavirus, que se pueden formar en base a enlaces de hidrógeno o interacciones hidrofóbicas, el jabón puede llegar a alterar todos esos balances, llegando incluso a la desintegración de la molécula.
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¿Cómo funciona el jabón?
El truco que utiliza este elemento químico está dentro de su estructura, ya que sus moléculas se basan en diversas interacciones hidrofóbicas, que son las mismas que mantienen unidas a la membrana del Coronavirus. Cuando una persona se aplica el producto, sus moléculas buscan por cualquier forma seguir generando la formación de enlaces, incluso aunque produzca la separación de los enlaces propios del virus.
Recordemos que, estos son son los encargados de mantener unida a la membrana con todas las proteínas del material genético en el RNA de una célula, factor esencial para poder desactivarlo. Por otro lado, el agua también cumple una labor fundamental en este proceso, ya que esta tiene como función buscar nuevos enlaces de hidrógeno, rompiendo todos los enlaces del mismo elemento que ya existen dentro del virus.
Hay que recalcar que el jabón sólo no cumple el mismo efecto que cuando actúa en conjunto con el agua, por lo que la forma perfecta para evitar mayores problemas siempre será utilizando ambos implementos al momento de realizar una desinfección.
Una aclaración que debemos realizar es que, el gel antibacterial que cuenta con una alta cantidad de alcohol (más del 70%), no tiene la misma efectividad que el jabón con agua, por lo que lo más recomendable es lavarse las manos durante varias veces en el día para así evitar que el virus se continúe adhiriendo a la piel, impidiendo que pueda provocar contagios en las personas.
Finalmente, recordar que mientras se mantenga la pandemia con gran fuerza es recomendable no tocarse la cara con las manos, además de lavarlas con frecuencia para así evitar que se aloje el virus, ya que este procedimiento es el mejor para evitar que el COVID-19 siga contagiándose.
