Un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Westlake, en Hangzhou China, ha descubierto a través de una herramienta especial cómo el Coronavirus se logra alojar en la célula, para así poder mutar en ella.
A través de una herramienta conocida como Criomicrospía electrónica, los investigadores obtuvieron imágenes de cómo la enfermedad se aloja en la célula y desde ahí puede producir más virus en el cuerpo, siendo este un método ideal para así poder encontrar una vacuna que ayude a controlar la pandemia del COVID-19.
En efecto, cuando el virus ingresa en el cuerpo de una persona, tiene como objetivo principal entrar a cada célula de forma individual. Cuando ya lograr estar inserto en la estructura base de la vida, comienza un mecanismo que buscar producir copias y con esto extenderse a otras células.
Coronavirus y actuar en el cuerpo
En esta nueva investigación dirigida por el científico Chino Qiang Zhou en compañía de otros expertos se logró descubrir cómo el virus, cuando se encuentra alojado en la célula, se une a un receptor conocido como enzima convertidora o angiotesina 2, con la que busca expandirse hacia otras estructuras respiratorias.
Esta nueva investigación se suma a un estudio previo realizado por expertos norteamericanos pertenecientes a la Universidad de Texas, quienes descubrieron que el virus SARS-CoV-2 cuenta con una «clave molecular», que es una proteína del tipo espiga que ayuda a la propia enfermedad a insertarse dentro de la célula.
Ante este descubrimiento previo, ahora los expertos chinos suman el hallazgo de otra estructura de la proteína perteneciente al receptor ECA2, que es frecuentemente vista en las células respiratorias y además es la encargada de interactuar con la proteína espiga.
El hallazgo fue realizado mediante la herramienta criomiscropía, con la que los expertos encontraron el enlace molecular que existe entre la proteína «espiga» y el coronavirus en sus dos cepas (SARS-CoV-2 y COVID-19). Dentro de las buenas noticias para los investigadores, la unión entre estas dos estructuras es bastante similar al patrón encontrado en la anterior cepa del SARS, ocurrida en el año 2003.
Coronavirus y similitud con SARS
Aunque los investigadores han encontrado algunas similitudes con el SARS, todavía las diferencias pueden ser más que significativas, en especial a la fuerza con la que se enlazan las células con cada uno de estos brotes diferentes de virus. Esto, según los expertos, podría ser un factor clave que podría afectar la facilidad con la que la enfermedad pueda transmitirse de persona a persona.
Según palabras de Thomas Gallagher, virólogo de la Universidad de Loyola de Chicago y quien es un investigador externo al estudio «Si alguna partícula viral dada tiene más probabilidades de ingresar a una célula en vez que ingresa al cuerpo humano, la transmisión de la enfermedad sería mucho más efectiva». El experto continuó enfatizando que, existen otros tipos de coronavirus que pueden llegar a causar infecciones mucho más severas en las vías respiratorias del cuerpo, en donde no se produce el enlace molecular que existe entre la proteína «espiga» y la enfermedad.
Es más, según Thomas, este tipo de virus ingresa al cuerpo utilizando toros receptores en las células humanas, por lo que esta podría ser la chance para que descubra pronto una vacuna para enfrentar el coronavirus y con esto detener la pandemia.