El mundo sigue a la expectativa con el desarrollo de la pandemia del Coronavirus, Covid-19. Lo más comprensible es que busquemos respuestas y explicaciones a lo que sucede en cualquier lado. Pero el caso de la película Contagion es relativamente peculiar.
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Esta cinta de 2011, dirigida por Steven Soderbergh (Traffic), escrita por Scott Z. Burns (No Time To Die), y protagonizada por Matt Damon, Jude Law, Kate Winslet y Gwyneth Paltrow se ha convertido en un fenómeno “viral” durante todo 2020.
Según reportan los colegas de Vulture, antes de la crisis, Contagion estaba cientos de lugares abajo en la lista de películas más vistas producidas por Warner Bros.
Sin embargo, desde enero, cuando empezó la epidemia con el Coronavirus, este filme ha ido escalando hasta convertirse en la segunda producción más vista del catálogo del estudio en lo que va del año.
Todos quieren ver Contagion y las razones son obvias. La trama general describe con un rigor que a ratos parece casi documental, la evolución de una epidemia mortal que inicia en China y se expande a todo el mundo.
Más allá de los giros obvios en la trama y los momentos de alto montaje, hay algunos elementos que marcan paralelismos con lo que se vive ahora.
No sólo por la región geográfica donde se origina todo. Sino porque el virus MEV-1 de Contagion es una mezcla de material genético proveniente de murciélago y cerdo. La primera es una de las especies que se señala como probable de encerrar el origen de esta enfermedad.
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En otro punto de la trama a vemos al personaje de Jude Law aprovechando la viralidad del sensacionalismo y las fake news para promocionar una cura falsa contra el virus.
Al final, alerta spoiler, la epidemia mata a 26 millones de personas en todo el mundo, el desarrollo de una vacuna se logra pero su distribución es un problema.
La última escena nos muestra cómo una mezcla de factores incidentales y cotidianos termina dando origen al contagio de la paciente cero. A partir de un platillo de comida china.
¿La cinta es profética? Nuestra opinión es que no. Sino que el guión de Burns tiene la gran virtud de ser muy sensato y verosímil sobre cómo se desarrollaría una crisis de este tipo.
Desde la facilidad del contagio por las rutinas usuales de las sociedades orientales y occidentales. Hasta los riesgos de que organismos como la OMS y las instituciones de salud de cada nación no cuenten con protocolos o acciones de seriedad ante el riesgo en sus primeras etapas.
Aunque innegablemente resultan perturbadoras las coincidencias sobre China y el origen de todo.
La última palabra la tiene el espectador. Contagion como entretenimiento es una cinta recomendable.
Tal vez no tanto con la tensión global actual.