La salud es algo que se debe tomar muy en serio pero que a veces llega a tener problemas gracias a los problemas que heredamos de nuestros padres o abuelos. Es justamente una de las característica de la enfermedad de Alexander que veremos a continuación.
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¿Qué es la Enfermedad de Alexander?
Esta es una enfermedad hereditaria que afecta progresivamente al sistema nervioso, atacando principalmente a la vaina de mielina, la cuál es la capa de gracias que rodea a las fibras nerviosas y que ayuda a que los impulsos nerviosos se lleven a cabo.
La enfermedad de Alexander es causada en un 90% de los casos por mutaciones en el gen GFAP, encargado de crear la proteína ácida glial fibrilar.
Esta enfermedad tiene cuatro tipos de presentarse y estás se presentan dependiendo de a qué edad se presente esta y la intensidad de la enfermedad. Estas formas de presentarse son:
- Forma Neonatal
- Forma Infantil
- Forma Juvenil
- Forma Adulta
En la neonatal el riesgo de morir es alta y el infante podría fallecer a los dos años de vida. Se presenta discapacidad intelectual y motora de manera severa, convulsiones y también se puede presentar líquido en el cerebro.
La forma infantil es mucho más común que todas las demás y se puede presentar hasta el segundo año de vida del bebé. Esta se presenta inicialmente con discapacidad intelectual y motora y eventualmente se presentan problemas en el desarrollo corporal, tales como falta de coordinación en los movimientos, convulsiones y aumento del tamaño de la cabeza.
La tercera es la forma juvenil y es mucho menos frecuente, de hecho es la que menos se presenta de todas. Puede aparecer a partir de los dos años y hasta los trece. Esta ocasiona dificultad para tragar, vómitos, dificultad para respirar, falta de coordinación, problemas de habla, crecimiento de la cabeza y del tono muscular, pérdida de intelecto y también pérdida del movimiento.
La última es la forma adulta y es la menos fuerte de todas. Se puede presentar desde la adolescencia hasta la edad adulta y en muchas ocasiones ni siquiera presenta síntomas. Pero cuando lo hace, este puede traer problemas de habla, para comer, para respirar y para tragar.