El coronavirus (COVID19) es una nueva cepa de esta enfermedad que ha tomado importancia mundial durante los últimos días debido a la rápida expansión que ha tenido la enfermedad en el mundo.
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Entre las enfermedades que causa el virus se encuentran las siguientes patologías: resfriado común, insuficiencia respiratoria aguda grave, neumonía y en casos graves, fallecimiento del paciente.
El contagio de la enfermedad es relativamente fácil, ya que el virus se transmite de persona a persona cuando se tiene contacto cercano con una ser humano que porta el virus, esto se puede dar en el contexto de vivir bajo el mismo techo, compartir un espacio público, viajar por varias horas en el mismo medio de transporte o cuidar a un enfermo sin tomar las medidas de precaución necesarias.
Coronavirus y efectos en el cuerpo
Cuando una persona se ha infectado con la enfermedad, comenzará a sentir una serie de síntomas en el cuerpo los que serán más notorios con el paso de la horas. Entre estos se encuentran una fiebre sobre 38°, tos fuerte y seca, dificultad al respirar entre otras señales más que pueden comenzar a agravarse con el paso de los días.
Existe una clara posibilidad que personas que viajan constantemente, en especial por lugares y países donde la enfermedad ya tiene casos confirmados, puedan verse expuestos a contagiarse con el virus. Lugares donde el brote está activo también son de riesgo para alguien que los visite.
En el caso que alguien ya se haya contagiado, no existe en la actualidad tratamiento específico para tratarla, por lo que las atenciones que reciben los enfermos son solo de apoyo y están orientadas en aliviar las molestias que producen los síntomas en el cuerpo. Tampoco existe una vacuna para combatirla, aunque actualmente diferentes agrupaciones de científicos en el mundo se encuentran trabajando el encontrarla pronto.
Es más, hace algunas semanas la OMS (Organización Mundial de la Salud) señaló que la vacuna podría tardar hasta 18 meses en tenerse creada, por lo que urge el tiempo para su desarrollo y con esto evitar que la enfermedad se convierta en una pandemia mundial.
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Coronavirus y sus efectos en el cuerpo
En el caso de contagio, el virus cuenta con una fuerza desconocida ahora por los científicos. Su genoma está formado por una sola cadena de ARN, por lo que recibe la definición de Monocatenario Positivo. Los científicos lograron obtener su secuencia genética mediante el aislamiento de una muestra obtenida desde un paciente enfermo con neumonía.
En el lugar donde se originó la enfermedad (Wuhan, China), los expertos notaron que la principal forma en que se distribuyó su contagio fue a través de los estornudos y la tos, ya que las gotas de salivas expulsadas a través de estas acciones generaron la rápida distribución.
Cuando una persona ya se ha contagiado, uno de los primeros órganos más afectados son los pulmones. En una primera etapa, la enfermedad puede avanzar de una fiebre y tos seca a una patología más grave como la neumonía, afectando uno o los dos pulmones disminuyendo la capacidad respiratoria de ambos.
En el caso del estómago, el virus puede penetrar diferentes tipos de células en el cuerpo, por lo que podría tener alguna consecuencias en el Intestino delgado y la absorción de nutrientes en personas que estén contagiadas con la enfermedad.
Otra reacción que puede generar en el cuerpo es el síntoma llamado «tormenta de sangre», que es una sobre reacción del sistema inmune que desencadena la creación de citoquinas (Proteína que regula las funciones de las células), sin ninguna regulación, puede causar un efecto contrario y dañar las células infectadas como las del tejido sano.
Cuando la «tormenta de Citoquinas» se distribuyen en el cuerpo son control, pueden causar inflamación y debilitar los vasos sanguíneos de los pulmones, permitiendo que pueda ingresar líquido en ellos afectando directamente la respiración de la persona.
Otros órganos dañados por el coronavirus
Sin embargo, no solo los pulmones se pueden ver afectados en una persona enferma, ya que el hígado también puede sufrir alteraciones notorias. Estas tienen relación con una lesión hepática causada por el COVID-19, provocando un problema debido a la falta de oxígeno que provocaría la enfermedad, afectando la zona vascular del órgano.
En el caso del riñón, la falla puede verse sólo en los casos más severos. Cuando un paciente está pasando por un cuadro grave de la enfermedad, los riñones pueden comenzar a filtrar sangre continuamente, generando que las células tubulares atrapen el virus y con esto provoquen una lesión transitoria o más grave.
Esta falla podría generar que las células dañadas con la enfermedad comenzarán a replicarse, causando estragos en el cuerpo. Las mujeres embarazadas que se contagien con la enfermedad, el cuadro clínico al que están expuestas es bastante severo.
La primera situación compleja con este caso es que el bebe pueda recibir daños o contagiarse, aunque todavía esto no ha podido ser comprobado por los científicos. Otro riesgo que corren es que, al nacer un bebé en un hospital donde la mayoría de los pacientes estén enfermos con coronavirus, existe una gran posibilidad de que el niño pueda contagiarse y provocar la muerte inmediata debido al sistema inmune poco desarrollado.