Los vehículos inteligentes pueden hacernos la vida más sencilla, pero también son fácilmente pirateados por los ciberdelincuentes.
Los científicos han encontrado “agujeros” en estos sistemas inteligentes que permiten a los hacker digitales acceder a sus datos o, lo que es peor, pueden hacerse cargo del vehículo.
El primer “agujero” es cuando los usuarios conectan su teléfono de última generación al vehículo inteligente, que es una puerta abierta para que los piratas informáticos violen los sistemas.
Sin embargo, otra vulnerabilidad permite a los usuarios acceder a las funciones para hacerse cargo del sistema y, en última instancia, podría causar que el automóvil tenga un accidente.
Ante la realidad ante expuesta, los expertos ahora piden a los fabricantes de las unidades automotoras que publiquen actualizaciones constantes para el software con el fin de poner fin a las violaciones de datos y así salvar vidas.
Descubrir las grietas
Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU) proponen la aplicación de la justicia penal en los fallos de los vehículos inteligentes y para descubrir las grietas del sistema.
Thomas Holt, profesor de justicia penal en MSU explicó: “La seguridad cibernética automotriz es un área que no entendemos bien en las ciencias sociales. Si bien hay grupos de científicos e ingenieros informáticos que están investigando algunos de los problemas, los aspectos sociales son extremadamente relevantes y poco examinados”.
“A medida que la tecnología obtiene una mayor participación en el mercado, es fundamental adelantarse a la curva antes de que haya problemas que no podamos controlar”, apuntó.
Conectar un dispositivo a un puerto USB en un vehículo crea una puerta abierta para que los piratas informáticos accedan a los datos tanto del teléfono como del vehículo a la vez.
Apps no verificadas
Y es aún más problemático para los usuarios de Android: deben descargar aplicaciones de sitios no verificados, lo que representa un mayor peligro.
“El riesgo con los vehículos no son solo datos personales, aunque eso sigue siendo una preocupación real”, dijo Holt.
“Digamos que el automóvil está comprometido y un pirata informático altera ciertos sistemas de alerta que le informan al conductor cuando la presión de las llantas es baja o no se activan los sistemas sensoriales de freno de emergencia”, agregó.
Una tormenta perfecta
Holt explicó que debe haber una tormenta perfecta de tres cosas para que un criminal ataque: un delincuente motivado, un objetivo adecuado y la falta de un tutor.
“Donde encontramos agujeros fue sorprendente: no hay nadie técnicamente responsable de los sistemas informáticos centrales de estos vehículos. Los fabricantes de automóviles y equipos necesitan reconocer que, tal como están, sirven como guardianes en el espacio, y la responsabilidad recae en ellos. Deben tomar la iniciativa al pensar de manera más crítica sobre los flujos de datos, los proveedores de software y cómo comunicar la seguridad con los concesionarios”, destacó.
La única forma de mantener a raya a estos delincuentes digitales es seguir el mismo protocolo que los teléfonos inteligentes: lanzamientos constantes de actualizaciones de software.
“No podemos esperar que todos los propietarios de vehículos vayan a un concesionario cada vez que haya una actualización de seguridad”, recalcó Holt.