Los Mayas han sido reconocidos a lo largo de la historia cómo una de las culturas que logró la mayor exactitud en lo que respecta a predecir y entender los fenómenos astronómicos.
Gracias a sus avances, lograron realizar asombrosas predicciones astronómicas hace miles de años, cuando América se encontraba en el periodo conocido cómo clásico.
Por aquel tiempo, los Mayas no contaban ni siquiera con instrumentos mecánicos que los ayudaran, pero gracias a su avanzado conocimiento en las matemáticas, esta civilización sigue maravillando al mundo gracias a sus asombrosos descubrimientos.
Los Mayas y la astronomía
Uno de los campos del conocimiento donde esta civilización eran expertos sin duda era en lo que tiene relación con la comprensión del Universo. Por ejemplo ellos realizaron su propio calendario, gracias al cual lograron precisar varios eventos de forma constante.
Entre ellos destacaban los eclipses solares, lunares, ciclos de la Luna y los movimientos de las estrellas que ellos consideraban importares en el cielo. A raíz de sus conocimientos avanzados en matemáticas, lograron obtener la mayor precisión de la que se conoce hasta ahora en el viejo mundo.
Planetas cómo Júpiter y Marte eran constantemente seguidos por ellos, dándoles diversos nombres en relación a los dioses que ellos consideraban como representantes de estas cuerpos. Sin embargo, esta civilización no buscaba el objetivo principal de comprender el movimiento de la Tierra con sus conocimientos, sino que solo lo utilizaban para predecir los sucesos que ocurrirían en el futuro.
Es más, los mayas lograron perfeccionar a tal nivel sus conocimientos con respecto al tiempo que, instauraron una forma con la cual podían predecir los eclipses de Sol y de Luna.
Eclipses y los Mayas
Pero ¿Cómo lograron tan perfección en sus mediciones?, un reciente estudio muestra que esta antigua civilización utilizaba el método bastante básico, pero eficaz al momento de obtener resultados.
Se trataba de un mecanismo creado por ellos mismos que consistía en la utilización de unos palillos puestos en forma cruzada, los cuales eran ocupados como dispositivos para observar el cielo.
Los resultados de la investigación arrojaron que, al momento que los Españoles llegaron al lugar donde habitaban, los mayas ya contaban hace tiempo con un mecanismo del tipo tabla, con el cual registraban el tiempo y la ocurrencia de los eclipses. Este consistía en un calendario el cual sorprendía por el nivel de precisión y exactitud con respecto a las mediciones astronómicas.
Sin embargo, para los Mayas los eclipses no eran considerados como algo benevolente, ya que estos en la mayoría de los casos los consideraban como amenazantes. Dentro de uno de los códices ubicado en los registros encontrados por los investigadores, uno de estos eventos astronómicos fue representado a través de dibujos de una serpiente, considerada como un demonio en la cultura.
El particular interés que tenían los mayas con respecto a estos fenómenos tenía relación con la penumbra o oscuridad, ya que cuando ocurría ese momento, se pensaba que la Luna se «comía» al Sol.
Interés mayor por la astronomía
Los Mayas pensaban que los eclipses significaban el fin de la vida y del mundo, además de que el dios que dominaba Venus, estaba en medio atacando al Astro rey. El dios del Sol se llamaba Kinich Abu, que significaba como el que «da la vida».
Es por esto que, cuando ocurrían los eclipses, se pensaba que rompían con la tranquilidad, orden y regularidad que el Sol se encargaba de entregar a la vida. Por consiguiente, la ocurrencia de estos fenómenos era considerada como el aviso de «malos tiempos».
Gracias a la gran cantidad de dioses que tenían, los Mayas lograron perfeccionar uno de los sistemas de medición y registro de los astros más increíbles que se conozca del mundo antiguo, y lo principal de todo esto, es que esta cultura no pertenecía al viejo mundo ni tampoco había recibido el conocimiento «avanzado» que se creía solo Europeo por aquel entonces.