Una verdadera guerra de guerillas se está dando en la sierra maestra escondida de las redes sociales en Chile. Mientras en la calle la gente se manifiesta contra el gobierno de Sebastián Piñera y exige mejoras en los derechos sociales, en plataformas como Twitter, Instagram y Facebook se vive una realidad virtual por momentos bélica y con imágenes y audios de alto calibre sobre la delicada situación del país.
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Acá los bots, trolls, y un hervidero de noticias falsas se han tomado los timelines de los usuarios, confundiéndose con la verdad y con una editorialización polarizada de la forma de mostrar el conflicto.
Por eso, en Fayerwayer indagamos en el fenómeno y buscamos alguna explicación a la batalla virtual entre realidad y ficción deliberada.
“Hay mucha distorsión de la realidad sobre cómo se están organizando las marchas”
Nicolás Freire es cientista político y director del Observatorio “Política y Redes Sociales” de la Universidad Central y nos intenta dar una primera aproximación al fenómeno.
“Al distorsionar la realidad se puede estar a favor de un determinado autor o de un determinada postura o en contra de la misma y en este caso, hay una distorsión de la realidad en torno a cómo supuestamente se estarían organizando las marchas”.
Freire comenta que está el elemento de distorsión de la realidad que tiene una muy buena probabilidad de tener éxito entre comillas por dos variables:
La primera es en general el desconocimiento que existe de la red social y por otro lado cómo funcionan las redes sociales sobre todo en el ámbito de lo público, donde para informarse los ciudadanos cada vez más se informan o buscan información en las redes sociales y no en los medios de comunicación.
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Sobre ese punto, Nicolás Freire explica que, “nosotros en el Observatorio de Políticas y Redes Sociales, hemos ido sobre la línea de los análisis politológicos de las redes sociales, o sea, explicar las RR.SS para derribar los mitos que existen en torno a ellas a partir de la misma teoría política. Por ejemplo, cuando se habla de bots es el mismo ejemplo que cuando en la calle o cuando en la política tradicional se le paga a una persona o se le da un jugo Kapo y un Chocman para asistir a una marcha o evento. O cuando en una manifestación subían niños o menores de 18 años a un auto a una caravana y parecía que había más gente e ibas con una bandera en la mano, y participabas, pero no podías votar o no participabas en esa comuna. Esto también pasa en la política tradicional en donde siempre han existido y seguirá existiendo elementos de distorsión de la realidad; lo hemos estudiado y hemos aprendido a comprender eso.
“El riesgo es amplificar la mentira”
René Jara es director de la escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago y también nos entrega una aproximación al problema de la desinformación en tiempos de crisis.
Estoy seguro de que hay mensajes de tipo bots, que se han replicado mucho y habría que ver el fondo de la fuente, de donde se está replicando y también el cruce de esos mensajes y la intencionalidad. Por ejemplo, se ha hablado del número de gente que está participando en las marchas, del origen de esa gente, de si hay o no inmigrantes y en este caso es el tipo de falsa información que se está difundiendo y en el fondo son formas de deslegitimar la protesta social.
Para Jara, “el riesgo es que la difusión de estos mensajes que tienen estos bots, es que tiende a amplificar una mentira y comience a ser verdad para ciertas comunidades. No sé eso sí la masividad de estos fenómenos que circulan por Twitter y Whatsapp, estoy pensando más que nada en Santiago y también en algunas regiones como Antofagasta y Concepción, entonces los riesgos son altos de que se produzcan escenario y climas de opinión desfavorable con la movilización social y que tienda a deslegitimar las demandas legítimas del movimiento”.
“Hoy en día existen formas de poner atajo a la desinformación”.
Volvemos con Nicolás Freire, quien nos entrega la metodología para comenzar esta guerrilla de mensajes en redes sociales.
“Por lo general en este tipo de acciones cuando se trata de levantar un tema o hashtag, hay un montón de cosas que son acciones coordinadas, donde se trata de construir una comunicación o el sentido de un determinado mensaje a partir cuentas bot, pero también a partir de una estrategia que se articula, sobre todo, una estrategia multiplataforma, es decir, coordinar por whatsapp la manera de poder escribir un mismo mensaje o dictar el mensaje que uno tiene que reproducir a partir de sus cuentas y eso es lo que busca es aprovechar las distintas cámaras de resonancia que cada uno de los distintos usuarios puede tener y así poder penetrar a otro tipo de comunidades”
Sin embargo, no todo está perdido para este cientista político.
“Afortunadamente hoy día existen que están de alguna manera poniendo atención en estos eventos, tratando de investigar si son eventos reales y efectivamente existe ese tipo de fenómeno que se denuncia o sí más bien te está respondiendo a una estrategia y eso también es lo bueno de la red qué es y qué tal como ocurren fenómenos de distorsión de la realidad con mayor masividad y mayor frecuencia, en Twitter se producen más de 500 millones de mensajes por minuto en todo el mundo, eso hace que el control de la información también sigue una lógica difusa, es decir que los mismos usuarios puedan denunciar eventuales noticia falsa y las pueden ir controlando”.
René Jara nos entrega la conclusión de este fenómeno y a lo que verdaderamente deberíamos estar alertas.
En resumen: el riesgo es la deslegitimacion de los actores en conflicto. Tanto policías como manifestantes son los focos. No tenemos evidencia de que sean pagados, ni su origen. Las temáticas se vinculan siempre a los llamados discursos de odio: racismo, clasismo, miedo a la inmigración, etc. Claramente, la difusión de estos microclimas de des información contribuye a crispar más los ánimos, polarizando las opiniones e intoxicado el espacio de la conversación cotidiana.