Todos los automóviles modernos cuentan con un sistema airbag en el volante para proteger a los conductores ante un peligro accidente y que ponga en peligro su vida. Ahora, la tecnología dio un paso más adelante y un grupo de ingeniero logró desarrollar un dispositivo de protección para las bicicletas.
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Fue hace tres años atrás cuando se comenzaron a usar airbags en las motocicletas y hoy en día los corredores de MotoGP llevan airbags incluidos en sus trajes, con buenos resultados ante los aparatosos accidentes en las pistas de carreras.
Ahora, el fabricante sueco Hóvding dio a conocer una propuesta bastante interesante. ¿Cuál es? un “casco de bicicleta” que una especie de casco-airbag inflable que va plegado en una especie de collar, donde se incorporan los sensores y componentes necesarios para evitar daños en la cabeza en caso de un accidente.
El airbag cubre toda la cabeza
El Hövding 3, que es como se llama este modelo, es una evolución. El dispositivo se sujeta al cuello como un collarín cómodo y flexible para el usuario. Al abrocharlo con la cremallera y el cierre de seguridad, se activa, tal y como indican una luz verde y un sonido.
Asimismo, los sensores giroscópicos del Hövding calculan los movimientos del ciclista a velocidad ultrarápida: 200 registros por segundo.
El dispositivo es capaz de detectar un error o aceleración demasiada rápida e inesperada activan el inflado del airbag. Solo se requieren 10 centésimas de segundo y el “casco inflable” cubre toda la cabeza, menos el rostro de la persona.
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Igualmente, el airbag para ciclistas cuenta con una batería para 15 horas de funcionamiento y se recarga con un cable USB normal y corriente. Ese espera que el prototipo funcional esté disponible a mediados del 2020.
Lesiones más frecuentes
Sobre las lesiones más frecuentes en la práctica del ciclismo tenemos que alrededor de un 30% son contusiones, un 26,5% heridas y un 16,5% fracturas.
El resto serían abrasiones cutáneas, esguinces, luxaciones, etc. Estas lesiones se dan más en la cabeza, las extremidades superiores, seguidas de las inferiores.
Una de las patalogías más frecuentes es el traumatismo craneoencefálico o TCE y que pueden ser en la bóveda craneal, por hematomas en el cuero cabelludo o en la base del cráneo, más difíciles de detectar y suelen implicar una hemorragia intracraneal. Sus signos más claros son la salida de sangre por la nariz, los oídos y hematomas en los ojos.