Un golpe a la mesa pretenden dar los científicos de la Universidad Dalhousie y la Universidad McMaster de Canadá, quienes refutan los estudios que vinculan el consumo de carnes rojas con el cáncer, la diabetes y enfermedades del corazón.
Los resultados de su investigación, publicada en Annals of Internal Medicine, minimizan esta relación y afirman que las advertencias emitidas al respecto “se basan principalmente en estudios observacionales que tienen un alto riesgo de confusión”.
Consideran que estas investigaciones son limitadas “para establecer inferencias causales” y tampoco “informan la magnitud absoluta de los posibles efectos”.
Cabe recordar, que fue la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud la que alertó, en 2015, sobre los efectos nocivos de las carnes rojas, al determinar que eran “probablemente cancerígenas”.
Carnes rojas: cuestión de porciones
La nueva investigación sugiere que los riesgos no son tan grandes. Para ello, analizó la información existente, pero a través de un nuevo enfoque con la participación de un panel de 14 expertos de Canadá, Inglaterra, Alemania, Nueva Zelanda, Polonia, España y los Estados Unidos.
Aseguran que si 1.000 personas comen tres porciones por semana, durante once años, habría seis casos menos de diabetes tipo 2 entre los consumidores de carnes rojas y 12 casos menos para los que prefieran la carne procesada (tocino, salchichas, salami, en conserva, patés y jamón).
“La elección correcta para la mayoría de las personas, pero no para todos, es continuar con el consumo de carne”, aseguró a la BBC Bradley Johnston, uno de los científicos involucrados en el estudio.
Sin embargo, aclara:
No estamos diciendo que no hay riesgo, estamos diciendo que solo hay evidencia de baja certeza de una reducción muy pequeña del cáncer y otras consecuencias adversas para la salud de la reducción del consumo de carne roja”.