Los astronautas saben bien que su profesión es peligrosa. Las estadísticas revelan que solo un 10% de las muertes, ocurridas durante los programas espaciales, se ha registrado al salir de la Tierra.
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Hasta ahora 30 personas han fallecido mientras entrenaban o durante misiones. Astronautas y comosnautas han sido víctimas de errores fatales, que finalmente mejoraron los sistemas de seguridad y marcaron la historia de Estados Unidos y la extinta Unión Soviética.
En total 550 personas han viajado al espacio y solo tres han muerto allí, según los registros públicos de las agencias espaciales. Las tres víctimas fueron los cosmonautas Georgi Dobrovolski, Vladislav Volkov y Viktor Patsayev, tripulantes de la nave Soyuz 11.
La tragedia ocurrió el 29 de junio de 1971 durante el regreso a la Tierra de los cosmonautas, quienes habían pasado 21 días en la estación espacial Salyut 1, la primera de su tipo.
Terror en el espacio
Apenas tres días antes del lanzamiento del Soyuz 11, Dobrovolski, Volkov y Patsayev fueron informados que partirían en sustitución de la tripulación oficial. Entonces la Unión Soviética tenía como regla descartar a toda la tripulación si uno de sus integrantes no era apto para el vuelo. En este caso, creían que uno de los cosmonautas que originalmente viajaría tenía tuberculosis.
Sin embargo, su misión fue éxito durante su estadía en el espacio. Cumplieron tres semanas en la estación espacial, para ese año nadie había pasado tanto tiempo fuera de la Tierra. Además realizaron múltiples experimentos para determinar los efectos de la falta de gravedad en el cuerpo humano, durante largos períodos.
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Pero drante el regreso se abrió un sello de válvula defectuoso en el vehículo de descenso de la nave espacial. La cabina de la tripulación se despresurizó y los cosmonautas murieron asfixiados. Sus cuerpos fueron rescatados en Kazajstán, tras aterrizar en el tiempo previsto.
Apolo 1: tres astronautas carbonizados
Apenas cuatro años, los Estados Unidos vivió con horror el accidente del Apolo 1. En pleno Año Nuevo de 1967, un incendió mató a Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee. Ese 1 de enero, los astronautas realizaban una simulación de lanzamiento cuando una chispa provocó el fuego dentro de la cabina, que estaba llena de oxígeno puro.
“Entonces, cuando la tripulación (del Apolo 1) murió, pasaron un par de semanas antes de que comenzaran a recoger las piezas”, reveló el astronauta Walter Cunningham, integrante del Apolo 7, durante una entrevista.