Para diferenciar bien sus modelos, Apple presentó el iPhone 11 Pro como sucesor del iPhone XS, dejando como iPhone 11 a secas al sucesor del XR.
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Tal como se había adelantado en incontables rumores, la cámara será triple, con un gran angular añadido a la mezcla. Gracias a la nueva característica Deep Fusion, el terminal toma 9 fotos antes de que aprietes el botón, para que sin te des cuenta, la inteligencia artificial te entregue la mejor foto posible, todo en una fracción imperceptible de tiempo gracias al machine learning.
El equipo vendrá en dos versiones de 5.8 y la Max de 6.5 pulgadas, tal como el año pasado, con pantalla Super Retina XDR.
Hay nuevos acabados mate y un vidrio que sería más resistente de lo acostumbrado hasta ahora en móviles, con el nuevo color Midnight Green.
El procesador es el nuevo A13 Bionic y los equipos tienen 6 GB de RAM, todo acompañado de una batería de 3500 mAh en el modelo más grande y una de 3190 mAh en el de 5.8 pulgadas. Prometen que la autonomía será de 5 horas más, al menos en el modelo pequeño, gracias a las capacidades de su nuevo chip.
Estos terminales parten con 128 GB de almacenamiento y se elevan hasta los 512 GB. Su diseño sigue las mismas líneas que las del iPhone X y XS.
Dentro de los rumores no cumplidos está la inclusión de carga inalámbrica inversa y la inclusión de USB-C, aunque ahora, al fin, viene con un cargador y cable adecuado para la carga rápida.
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El precio va desde los 999 dólares para el modelo de 5.8 pulgadas y 1099 dólares para el Max de 6.5 pulgadas. Disponible desde el 20 de septiembre.
