En FayerWayer está a la orden del día revisar equipos de cómputo. Uno de los segmentos que más hemos podido tocar -y con gusto- son los portátiles de corte gamer, y si bien nos hemos encontrado con varias sorpresas, hay uno que estaba en la lista hace rato: el Acer Predator Triton 500.
Esta laptop es especial por dos motivos. Primero, NVIDIA la considera como la «GeForce Laptop RTX»: un equipo capaz de llevar al máximo la promesa de NVIDIA de trazado de rayos y DLSS. Segundo, la Predator Triton 500 -al menos la versión con la RTX 2080- fue por meses la ultraportátil más cara en varios retails nacionales, y con justa razón. La Triton 500, en pocas palabras, es un monstruo.
No tanto diseño
De afuera hacia adentro, como siempre. En cuanto al diseño, sorprende el chasis metálico completo, con una posición bastante tradicional del teclado. Esto porque en equipos como el ROG Zephyrus S fue necesario mover el teclado hacia abajo para hacer espacio para la ventilación de la GPU, cosa que no ocurre en el Triton.
Por otra parte, la bisagra abre por completo: algo que no me esperaba pero sinceramente se ve bastante cool.
Respecto a sus líneas, es un equipo sobrio pero mantiene esa identidad más «gamer» en los colores, luces del teclado y formas; por ejemplo, el corte biselado al borde de la pantalla. Hay algunos que adoran esa mentalidad de diseño; yo no me cuento dentro de ellos. De todas maneras creo entender por qué elegirían un equipo de estas características, especialmente por la corporalidad, los materiales y la falta de ese brillo casi explosivo que acompaña a los equipos para gamers.
La combinación de colores es un descanso: azul sobre negro, en vez del ya agotadísimo verde fosforescente o rojo asesino.
Una sorpresa más que agradable va en la elección de la pantalla. Es un monitor IPS de 15,6 pulgadas Full HD capaz de refrescar hasta 144hz con G-Sync, lo que es un alivio para los ojos. Es un display brillante y que remata de muy buena manera un equipo que, bajo otras características técnicas, podría pasar desapercibido.
Si hay algo que me molestó un poco fue su peso: un poco más de dos kilos que me llevé en la espalda a Taiwán y Estados Unidos. Consejo: usen una mochila con buen soporte lumbar.
Bajo el capó
Lo dijimos, este equipo es bestial.
- CPU Intel Core de octava (!) generación i7-8750H de 6 núcleos
- GPU NVIDIA RTX 2060 de 6GB GDDR6 Max-Q
- 16GB de RAM DDR4 a 2666MHz
- Doble almacenamiento SSD NVMe de 512GB en RAID 0
Repetimos lo dicho respecto a la octava generación de procesadores de Intel: a la luz de la aparición de Ice Lake, todavía falta un contendiente en el que los OEM puedan confiar para destronar a esta generación de procesadores, al menos en portátiles. A menos que Intel haga lo imposible y miniaturize el Core i9-9900 o se atrevan con una alternativa para el 2020, el i7-8750H seguirá siendo amo y señor en los equipos a venderse en Latinoamérica.
En cuanto a la GPU -el alma de este equipo- se trata de una RTX 2060 con todas las de la ley: no es la mejor, pero es suficiente para correr toda esta generación en Ultra. Los gráficos basados en Turing no son demasiado distintos a los de su versión de escritorio: la versión Max-Q es capaz de soportar ray tracing en tiempo real y DLSS, la tecnología de inteligencia artificial de NVIDIA, al mismo tiempo.
En nuestras pruebas, Battlefield V con trazado de rayos activado se ve espectacular. Si bien no alcanzó -al menos en nuestras pruebas- los 60 cuadros por segundo a esa resolución, es de lo mejor que se puede conseguir en una ultraportátil.
Nos sorprende que el DLSS sea tan restrictivo: sólo puede ser activado a 1080p con trazado de rayos, y viene a ser un reemplazo «más eficiente» del rendering para máquinas que buscan calidad, no necesariamente performance. De todas formas, Battlefield V tiene un excelente motor de render y anti-aliasing, por lo que la decisión queda a manos del lector: ray-tracing y DLSS si buscas muy buena calidad, y apagar la característica para hacer volar la máquina.
Y vaya que vuela: hasta la versión de Quake II RTX que lanzó recientemente NVIDIA vuela a esa resolución, incluso con las texturas en alta resolución activadas. Otra laptop que se suma al panteón de equipos capaces de aguantar trazado de rayos sin complicaciones.
Un equipo versátil
El otro punto que siento importante respecto a la usabilidad de la Predator Triton 500 es su capacidad de batería. Sus 84 Wh no suenan como la gran cosa, pero les puedo decir que Acer tiene un manejo energético bastante eficiente. Incluso en ambientes donde podría haber sufrido -como arriba de un avión- tuve unas sólidas tres horas de batería en modo Turbo.
Si a eso le sumamos la alta conectividad del equipo, con tres puertos USB 3.0, un USB-C Thunderbolt 3, y tanto HDMI 2.0 como mini DisplayPort 1.4, se transforma en una máquina versátil. La utilidad de este equipo trasciende lo necesariamente gamer: este es un equipo ideal para transmitir, modelar en 3D o utilizar aplicaciones que requieran potencia, con el añadido de la portabilidad.
Yo feliz tendría este equipo como máquina para hacer streaming, con un micrófono USB y webcam conectadas, aprovechando la potencia del bus USB.
Conclusiones
Como ya hemos dicho hasta el cansancio, este tipo de equipos no son para todos. Si puedes pagar una laptop «gamer», probablemente la necesitas por su conveniencia o potencia para alguna tarea en específico, o te aterra la idea de un PC gamer y sus accesorios.
La buena noticia es que el Acer Predator Triton 500 es la mejor alternativa para cumplir dicha premisa de portabilidad, performance y precio. No es la más potente de seguro, pero no lo necesita. Es una laptop capaz de dar la vuelta al mundo y funcionar sin más complicación que los dos kilos en tu espalda.
Equipo de prueba facilitado por NVIDIA y Acer. ¡Muchas gracias!