Esto es algo no tan usual o al menos, no una situación a la que estén acostumbradas las personas que viven en grandes ciudades. Sin embargo, ha pasado. Millones de saltamontes han decidido ir a vacaciones a la ciudad del pecado y ahora son una atracción turística indeseable.
¿Por qué millones de saltamontes han ido a Las Vegas?
Durante el día, la ciudad no demuestra tener nada diferente. La gravedad del asunto comienza a vislumbrarse cuando el sol empieza a ocultarse y las luces brillan en la noche.
Sucede que a estos pequeños amiguitos les resultan irresistibles las luces neón y bueno, si hay algún lugar en el planeta Tierra que esté rebosante de estas, sin duda es la ciudad del pecado.
Cuando oscurece, millones (literalmente… millones) de estos insectos salen a vagar por las calles de la ciudad y a convivir con los turistas que no parecen recibirlos con demasiada alegría. Según los expertos, además de las luces, también ha ayudado a la situación la inusual ola de calor húmedo por la que están pasando.
La plaga podría durar por lo menos una semana, así que por ahora, mejor que los nativos comiencen a hacer migas con los insectos.